8. Catarsis

Al otro día a primera hora me fui, quería dormir en la comodidad de mi cama sin que nadie me molestara, así que le agradecí por todo a mis amigas, por sus consejos y por sobre todo su apoyo incondicional.

Llegue temprano a mi casa, eran como las 9 de la mañana así que mi mamá debía estar en el trabajo y mis hermanos durmiendo, por lo que me fui a acostar a mi cama, tenía planeado dormir todo el día, esperaba que no hiciera tanto calor para que así pudiera dormir sin muchas interrupciones.

Mi celular no dejaba de vibrar en mi velador, hecho que me despertó de tan agradable posición que estaba en mi cama, dude en contestar, porque sabía que era el Kike y no tenía claro si quería hablar con él ahora, pero sopesando las cosas y para demostrar la madurez que creía tener atendí su llamado.

- Aló, ¿Camilo? – preguntó

- Si, el mismo – dije

- que bueno que me contestas – me dijo - ¿Estas ocupado? – me consultó

- Si consideras que estaba durmiendo muy cómodo, solo para contestarte, yo diría que no tanto – dije tratando de ser lo más pesado con él.

- No seas así de pesado conmigo, no sabes cuánto me arrepiento de no haberte dicho las cosas, ahora estoy pagando por todo Camilo, yo te quiero caleta, de verdad que lo hago, no sabes cómo me siento ahora, por favor déjame explicarte – dijo al teléfono, más bien vomito todo eso, fue como una carrera contra el tiempo, a lo mejor pensaba que le cortaría el teléfono o algo parecido, pero solo escuche atentamente, era triste saber que ya no confiaba en el Kike, ¿se podría seguir en una relación así?, sin duda alguna que yo lo quería demasiado, pero no sentía que tendría la misma confianza con él, después de lo ocurrido, ya no sería lo mismo – dime algo, por favor – dijo rompiendo el silencio incomodo

- No sé que decirte Kike – dije

- Por favor juntémonos, quiero explicarte todo y que solucionemos esto, no quiero estar peleado contigo, ¿puedo ir a tu casa? – preguntó

- Están mis hermanos en la casa y no creo que podamos hablar tranquilos – dije

- en mi casa está mi hermana igual – dijo – y me dejarías llevarte a algún lado, quiero sorprenderte – dijo

- Esta bien – dije, sabiendo que esta conversación era necesaria – Pero solo a conversar, no quiero que pienses que apenas te vea voy a saltar en tus brazos, lo que menos tengo es ganas de verte, pero hare el esfuerzo – dije

- Camilo, cuando quieres eres muy hiriente, pero me hare el tonto por ahora, así que te pasaré a buscar a las 4 iré en auto para que no tomes micro – dijo

- no me importaba tomar micro, pero si quieres pasar a buscarme no hay problemas – dije – tengo que ir a ver a mis hermanos, me llamas cuando vengas en camino.

- Bueno – dijo

Estaba siendo una mierda de persona con él, pero no podía evitarlo, si el continuaba haciendo ese tipo de cosas veía que nuestro futuro no nos uniría, sino todo lo contrario, cada uno seguiría un camino diferente, y aunque me doliera aceptarlo, quizás era la opción más sana de todas.

Me levante y me bañe, necesitaba una ducha, una de esas que son reponedoras, que sirven para pensar, mi mamá no estaba en la casa para reprocharme la duración de la ducha, así que aproveche eso.  Me arreglé bastante, quería que se diera cuenta que estaba bien y que viera lo que se perdía por sus mentiras. Me daba a cuenta que tengo una suerte única en el amor, quizás este simplemente no era para mí y debía convivir con eso.

Cuando estaba listo recibí un WhatsApp del Kike, diciéndome que venía en camino, justo en ese instante mi mamá llegó, por lo que le avise que saldría con el Kike, pero llegaría temprano, como ella ya lo conocía no puso ningún tipo de problema, y se alegró de que saliera con él, quien ella pensaba era un chico muy bueno. Si tan solo supiera…

El Kike llegó puntual, mi mamá quería que pasara un rato a la casa, pero le dije que no porque íbamos atrasados a donde sea que iríamos, menos mal ella entendió. De todas formas, igual saludo a toda mi familia de forma bien rápida, conmigo solo fue un apretón de manos.

Me subí al auto al igual que él, el silencio reino en el interior, ninguno de los dos dijo nada, pero el rompió el silencio antes que yo.

- Camilo, sé que estas muy enojado, mi intención no es solo justificarme, sino que aclararte todas las cosas, pero solo te pido una oportunidad para decirte todo, no me niegues eso – dijo

- No te lo estoy negando, aquí estoy esperando eso mismo, creo que después de todo me lo merezco – respondí.

- Gracias por eso, pero no quiero que hablemos aquí, quiero llevarte a un lugar que sé que te gustará – dijo – ah y toma, sé que te gustan – dijo sacando un chocolate – con el calor debe estar un poco derretido pero lo compre con mucho cariño y pensando en ti, eso debe valer de algo – su detalle y todo lo que hacía me volvían loco, quería saltar sobre él y besarlo, pero el trasfondo de todo me hacía sopesar bien las cosas, aun me sentía mal por todo lo ocurrido.

- Gracias por el chocolate, es mi favorito – dije recibiéndolo.

El esbozo una sonrisa e inicio la marcha del auto, condujo por las calles hasta entrar a la autopista, no sabía dónde íbamos, para ser sincero conozco Santiago desde siempre, pero en auto me pierdo, además como no se manejar nunca me he adentrado en lugares raros, a medida que avanzamos comencé a sospechar a donde nos dirigíamos, todo lo que hacía me hacía querer perdonarlo por lo detallista y preocupado que era, pero el solo pensar porque lo estaba haciendo me daba escalofríos.

Siguió conduciendo hasta que en un lugar determinado detuvo el auto y se bajó, por lo que me limite a seguir su ejemplo, estábamos en el mismo parque me trajo la primera vez que nos juntamos, esa tarde fallida de cine, a lo que se consideraría nuestra primera cita, mi estómago estaba lleno de mariposas, realmente se la estaba jugando por lo nuestro y eso me gustaba, demasiado para ser sincero.

- ¿Recuerdas el lugar? – pregunto riendo

- Obvio que si, si tampoco tengo tan mala memoria – dije más relajado

- Que bueno, para mi este lugar significa mucho, aquí nos dimos nuestro primer beso – dijo

- Si, como olvidarlo – comente sonriendo y poniéndome rojo repentinamente, el solo recordar nuestro acto en público, algo que me costaba demasiado, el soltarme sin dejar de pensar en el que dirán.

- Yo solo me quería pelar contigo, tengo que reconocerlo – dijo riéndose, su comentario no me cayó muy bien, lo mire de inmediato a lo que él se rio a carcajadas, me estaba tratando de ganar por el lado de la risa y lo estaba logrando. Rompiendo el minuto, lo hice aterrizar de lleno.

- ¿Vamos a hablar? – pregunte a lo que el solo afirmó con su cabeza.

- Ven, vamos caminemos – dijo tomándome de la mano.

No podía evitar pensar en que a lo mejor esto podría ser una despedida, quería dejar de pensar en eso, pero ahora la nostalgia de los buenos momentos que han sido mucho más que los malos me estaba albergando. Caminamos hasta llegar a un lugar muy cercano a donde habíamos venido la primera vez, buscamos un sector donde pudiéramos hablar tranquilamente, nos sentamos y esperamos un segundo antes de hablar.

- Camilo, si te traje hasta acá, es porque quiero que sepas que este es un lugar muy especial para mí, aquí fue el inicio de lo nuestro, y me da mucho miedo que todo lo nuestro se acabe, tengo claro que todo es mi culpa y no sabes cuánto me detesto por eso, destruí todo lo lindo que teníamos por nada – me dijo, me sentía mal por darle tamaña responsabilidad a él, pero sus palabras me comenzaban a dar miedo, quizás diría mucho más de lo que quería escuchar, esperaba que no fuera eso

- ¿Qué me estas queriendo decir? – le dije con temor a sus palabras, no quería volver a pasar por lo mismo, no dos veces.

- Eso, que anoche te decepcione, vi tu rostro, aunque no estaba sobrio sé que te lastime y aun lo veo, sé que ahora no soy la persona favorita, pero espero que los recuerdos de nosotros juntos te sirvan de algo, Camilo de verdad perdóname – me dijo

- ¿Qué paso con el Cesar? – dije de frente a lo que el bajo la cabeza.

- Él siempre me escribía cosas por WhatsApp o por Facebook, hasta a veces me llamaba – dijo

- Ya, pero si él lo hacía es por algo, ¿no lo crees? – dije

- Se que con esto te puedo perder para siempre, pero tú quieres la verdad y eso te daré, yo sé que tú sabes que con el tenemos una historia – afirme con la cabeza, no era necesario que me lo recalcara – La cosas es que una semana antes de que nosotros empezáramos a hablar nuevamente tuvimos otro encuentro y desde ahí es que me llama seguido o me escribe, pero yo no lo pescaba desde que comenzamos con lo nuestro – dijo

- o sea que no perdiste el tiempo – dije, estaba celoso, muy celoso no podía negarlo.

- Pero ahí nosotros no teníamos nada, tú me ignorabas y quería sacarte de mi cabeza, pareció ser una solución fácil, pero ahora veo que no lo fue tanto – dijo

- Pero porque simplemente después no le dejaste las cosas claras a él, no te das cuenta de que él pensaba que seguían siendo algo más y por lo que él decía tú le correspondías, acaso alguna vez paso algo más y por favor dime la verdad, no quiero que me mientas, después todo se sabe y prefiero que me lo digas tu ahora – sentencie

- Una vez el me robo un beso en la U – dijo y mi piel se erizo, de a poco estaba comenzando a hablar y sinceramente mi corazón no quería seguir escuchando eso – fue hace un par de semanas, desde ahí que le deje de hablar y contestar, me dio miedo decirte, lo oculte, pero ya veo que la cague aún más, yo soy muy weon camilo para esto, pero por favor créeme, desde que estamos juntos yo no he hecho nada por engañarte, fue solo ese beso que ni siquiera le respondí, él se me tiro encima pero nada más – dijo, ya no le creía nada

- Sabes Enrique, desde que termine con mi ex, me costó caleta salir del hoyo en el que estaba, me prometí a mí mismo no depender nunca más de nadie y volví a hacerlo, confié en ti, a pesar de que no quería hacerlo te entregue mi corazón, tú me prometiste que no me mentirías y aquí estamos – dije apenado, tenía mucha pena en ese instante, el nudo que se formó en mi garganta era muy grande, no sabía que hacer así que abrace mis rodillas y escondí mi cabeza entre mis piernas, no quería que él me viera de esa forma, pero me fue inevitable, me deje ir, la contención y barrera que forme se vino abajo a pedazos, sollozaba como un tonto, sentí mis lagrimas caer por mis mejillas, sentía que no merecía esto, era segunda vez que vivía algo similar, solo que ahora en un menor grado. Culpé al Karma, esto de seguro me pasaba por haberme metido con Gustavo un hombre casado, o quizás por llevar un periodo tan libertino y por eso ahora era castigado, creé miles de teorías, pero no encontraba la razón del porque siempre volvía al mismo punto desde el que partía, primero el Pipe, que si bien se entregó a sus instintos hetero, fue un golpe muy bajo y ahora el Kike, que si bien era Gay, se dejó llevar por otra tentación. El haberme contenido tanto me paso la cuenta porque ahora me sentía en estado grifo y las lágrimas no paraban de salir, quería bloquear todo tipo de sentimiento, pero me fue imposible. Los brazos del Kike me rodearon, quería gritarle que me dejara, que me soltara o mucho mejor que me dejara solo, pero simplemente no podía, no tenía fuerzas para batallar, mi desgaste fue mucho, por ahora solo quería un momento, aunque sea un momento de paz y poder botar todo este malestar, vivir esta catarsis hasta poder limpiarme un poco.

- Camilo, no llores, no sabes lo mal que me pone esto, soy un weon, pero por favor no me dejes, no puedo estar sin ti – me susurraba, yo por mi parte seguía encerrado en mi coraza, y quería seguir así – háblame Camilo, pero tranquilízate, todo esto me tiene muy mal, no dejo de pensar en todos los errores que cometí, déjame enmendarlos, por nosotros

Tras unos minutos en mí misma posición, la calma llegó, pero la tristeza no me abandonó, sacando fortalezas desde lo profundo de mi ser me prepare para darle la cara a este momento, no sabía a ciencia cierta que hacer, porque tenía miles de cosas en mi cabeza, estaba abrumado, después de todo esta conversación jamás tomo un buen rumbo.

- Enrique, no todo es tu culpa – dije – quizás el haberte dicho que ocultáramos lo nuestro influyó en todo, así que no cargues con todo, simplemente me duele mucho saber que no puedo confiar en ti, ya no se siquiera si podré volver a confiar en alguien, trate de ser lo más transparente para ti, no te oculte nada, quise que esto funcionara y mucho, ahora esto me pone triste porque siento que lo di todo, para recibir esto – dije – quizás pueda parecer poco, pero para alguien que ya ha sido golpeado por algo como esto duele dos veces más – dije – anoche Kike realmente volví a sentir algo que no sentía hace mucho tiempo, solo una vez lo había sentido antes y es muy feo Kike.

- Camilo, no sé que decir – me respondió – solo estoy muy asustado porque siento que no me vas a perdonar y no estoy listo para que esto se termine camilo, yo te quiero caleta camilo, como nunca me había pasado con alguien, te has transformado en mucho, me levanto pensando en ti y me acuesto contando las horas para volver a verte, dime lo que quieras que lo aceptaré, pero solo no termines conmigo, hare lo que sea, de verdad, me arrodillare si es necesario, o te doy la contraseña de mi Facebook, WhatsApp o lo que sea con tal que veas que no te engañare jamás, pero por favor dame una última oportunidad, no te pido nada más que eso – dijo con tono de voz derrotado.

- No ves lo poco sano que se tornaría esto Enrique, nunca quise ser alguien así, no sería yo si fuera el pololo celoso que te revisa todo, eso no es vida, eso no es felicidad, dependiendo todos los días si es que encuentro algo raro por ahí, viendo a cada minuto, revisando en cosas que deberían ser solo tuyas, cosas en las cuales yo no debería dudar, porque cada vez que te llegue un mensaje yo no debería decir, ahí está el cagandome otra vez, o calentándome la cabeza pensando que ya estás hablando con otra persona, no, yo no debería pensar eso, yo debería estar tranquilo sabiendo que tú me respetas como tu pareja, que confío en ti a tal punto de no tener que pedirte explicaciones de nada, pero eso anoche se rompió Kike, se rompió la confianza y aunque me duela decirlo, si hoy día seguimos con esto, ya se sembró un rastro de desconfianza y me da mucha pena decirlo, pero ya nada será igual, y me destroza por dentro Kike, porque yo siento que te quiero mucho, no se como pasó, pero lo hago tanto que me da miedo – me destrozó por dentro decir todo lo que pensaba, pero tenía que sacarlo de alguna forma.

- Camilo, siento que estas terminando conmigo, por favor no lo hagas – dijo – cambiaré si es necesario, pero no termines esto – sus ojos se llenaron de lágrimas las que el sacó con sus manos rápidamente, se me quebró el corazón, parecía desolado al igual que yo.

El silencio reinó, no sabía que hacer, o que decir, sentía que emocionalmente me estaba hundiendo, pensé en todos nuestros momentos juntos, los buenos y los malos, de alguna forma la calidez de lo bueno le ganaba por mucho a lo malo, Enrique me hacía sentir bien, pero había una gran traba, ¿Podría volver a confiar en él? Mi corazón quería creer que si, porque de solo imaginarme sin el sentía una opresión en el pecho y las ganas de llorar volvían, mis inseguridades en estos momentos eran las que primaban en mí y las detestaba, quería liberarme de ellas, quizás dando un gran paso de confianza funcionaria, pero si no me atrevía, nunca lo sabría.

- Enrique – llame su atención

- Dime – dijo ahora más calmado.

- Aquí voy – comente – siento muchas cosas por ti, tantas que duelen, no sé si esto sea sano, me prometí que no dejaría que alguien me volviera a lastimar de esta forma, te lo dije desde el día uno que no jugaras conmigo – suspire – pero de pensar que ya no estas a mi lado me duele mucho más, no sé que haría, pero tampoco sé si pueda volver a confiar en ti – dije

- Camilo, esto ha sido muy intenso, nunca había llorado por alguien, de hecho odio llorar me hace parecer vulnerable, pero yo camilo de verdad que… que… te amo – dijo, nunca lo había escuchado de él – quizás no me creas pero te amo Camilo, no quiero perderte, quiero tener todo de ti, sé que perdí tu confianza y me va a costar mucho recuperarla, pero necesito que me des la oportunidad de intentarlo, quiero jugármela por lo nuestro, quiero que me ames tanto como yo te amo a ti camilo.

- está bien – fue todo lo que dije – igual me la jugare por ti, nos daré esta oportunidad, pero no habrá otra, porque realmente no sé si soporte algo así, mi amor por ti es más grande Enrique, lo que no implica que las cosas no me duelan, no es solo una oportunidad para ti, sino que para mí también, es para superar mis barreras contigo, que lo hagamos juntos – dije

- Gracias Camilo, no sabes cuánto te amo – me dijo abrazándome efusivamente, mi corazón se detuvo, pero igual me sentía feliz por tenerlo conmigo, esperaba que esto mejorara, odiaba los malos momentos.

Enrique sin esperar más me beso, fue algo lento pero apasionado, yo solo me dejé llevar, me sentía agotado por haber llorado, pero sirvió bastante, me pude desahogar, y eso fue liberador, el beso se extendió demasiado, nada era sexual, todo se trataba de decirnos cuanto nos extrañábamos, fue un receso corto, muy corto, pero para mí fue una eternidad. El Kike me miraba sonriente, sus ojos aun lo delataban que había llorado, era igual que cuando un niño lloraba y luego lo hacías reír, sus ojos seguían llorosos, pero me demostraban su alegría.

- Ven aquí – me dijo, haciéndome recostar en sus piernas, mientras él se quedaba sentado en el pasto. Me hizo cariño en el pelo tal y como me gustaba, me relaje demasiado, me volví a sentir cómodo, de vez en cuando depositaba un beso en mis labios.

Estuvimos en el parque hasta que el sol comenzó a entrar, tenía que ir a mi casa ya que se lo dije a mi mamá, pero fui de la compañía de mi aun novio, pasamos a comprar pizza, y es que cuando estaba feliz o con mejor animo el hambre era voraz.

Llegamos a mi casa y mi mamá y hermanos estaban en el living, compartimos las pizzas, luego mis hermanos trajeron un juego de mesa para que jugáramos, era un monopoli, estuvimos así hasta que se hizo tarde, como el andaba en el auto de su papá tuvo que volver a su casa, mi mamá se había acostado y diciéndole a mis hermanos que iríamos a buscar algo a la pieza antes de que se fuera aprovechamos de darnos un par de besos más.

Él se fue a su casa y yo me acosté de forma inmediata, me sentía agotado así que el sueño no tardó en llegar. No soy muy creyente, pero esa noche recé, lo hice porque no quería que lo mío con el Kike se terminará y ojalá perdurara en el tiempo.

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Hola niños 

Nos volvemos a leer bien rápido :)
Les dejo este capitulo, sin antes mencionar que no podré publicar hasta el domingo, porque me iré a la playa, salió de improvisto, de todas formas quiero dejar una pregunta para ustedes y quiero que sean sinceros como siempre lo han sido. 

¿Se puede volver a confiar?

Espero sus comentarios 

Por lo demás espero que esten super y mucho saludos a todos y abrazos a la distancia
Los quiero
xoxo

<3