miércoles, 20 de diciembre de 2017

10. El Gran Viaje

Llegamos a la Serena en la tarde, casi de noche, el viaje nos había destrozado, el terminal de buses había estado lleno y el viaje se había retrasado un tanto, durante el trayecto habíamos escuchado música, dormido y si no hubiera habido más gente a nuestro alrededor quizás nos hubiéramos besado, pero eso para mí desgracia no ocurrió.

Donde nos quedaríamos estos días era un lugar muy bonito, nos habíamos esforzado por conseguir tanto dinero como pudiéramos para poder costear este viaje y que fuera casi como una luna de miel. La casa era de un piso, pero espaciosa, se sentía todo bastante acogedor y eso me encantaba, en el patio había un quincho, que sabía no ocuparíamos, pero lo mejor de todo es que estábamos cerca de la playa.

Con el Kike nos encargamos de ordenar nuestro equipaje, robándonos unos besos de vez en cuando, ordenamos todo, incluso la comida que habíamos traído, estábamos en eso cuando el estómago del Kike rugió de hambre, como ya nos teníamos confianza no se avergonzó en lo absoluto, más bien nos reímos de lo que sucedió.

- Amor – dije llamando su atención – No tenemos pan, si quieres, tu como todo el macho que eres – me burle – podrías ir a comprar unos cuantos y algo para echarle, mientras yo preparo la mesa y caliento la leche, que te parece mi trato, el cual no es discutible – le dije
- Te aprovechas de mi nobleza – dijo acercándose para besarme, esta vez un poco más largo – pero como tengo tanta hambre lo aceptaré, llevare mi celular y si te llamo es porque me perdí entre las calles buscando algún negocio – me dijo
- Que eres exagerado, había uno como a una cuadra de aquí – le dije
- Pero igual – me comento riendo.

El tomo las llaves de la casa y se fue a comprar lo que le pedí, por mi parte me dediqué a cumplir con mi parte del trato, puse la mesa y calenté la leche, como no teníamos microondas la puse en la cocina, el Kike no se demoró nada en llegar con lo que sería nuestra once – cena.

Con todo listo comimos, me sentía muy cómodo, casi hogareño, me imagine que se sentirá vivir solo con él, que fuéramos los dos y nadie más, seria todo muy raro, pero del raro bueno, algo muy familiar, estaba ensimismado pensando en eso cuando él me interrumpe.

- Amor, vamos a bañarnos – me dijo, la sola sugerencia de poder bañarme con él me pareció el mejor panorama de todos, verlo desnudo era una gran vista para cualquier persona, era muy afortunado en ese sentido, su cuerpo trabajado era lo mejor, pero sin duda nunca me cansare de decir que su pecho peludo era lo que más me mataba de él, le tenía absolutamente prohibido que se depilara, porque para mí era todo un espectáculo, imaginármelo sudado sin polera, con su torso al descubierto, todo un macho demostrando su hombría me cautivaba y me encendía en menos de un segundo.
- Si amor, vamos a ducharnos – dije – eso si esperemos un ratito porque nos puede dar un calambre – le dije
- Eres tan exagerado amor, bañémonos ahora no más – dijo

Se levantó de la mesa dejando su taza en el lavaplatos, hizo lo mismo con mi taza, se notaba que traía ganas de que nos metiéramos a la ducha juntos, aunque quizás podría ser una indirecta para mi diciendo que necesitaba una ducha, no lo sabía a ciencia cierta, pero me aprovecharía de esa situación, necesitaba de él.

Nos desvestimos sin ningún pudor, hasta quedar desnudos por completo, observe como el me observaba atentamente, de un segundo a otro baje mi mirada a su entrepierna, y esta ya estaba totalmente dura, me lamí mis labios, pero sin detenerme en el pase de largo hasta el baño, encendí la ducha para ver cómo estaba el agua, un chorro de agua helada cayó sobre mi mano, pero con el paso de los segundos su temperatura fue en aumento. Una nalgada me sobresaltó, el pecho del Kike estaba en mi espalda y su potente erección entre mis nalgas.

- Eso es para que no dejes a tu hombre de la nada – dijo con un tinte de chiste, a lo que me reí, me encantaba mucho este Kike más juguetón, y la nalgada me éxito, muchísimo más de lo que creía.
- Dame otra – dije
- ¿Qué cosa? – preguntó
- Nalgada, quiero otra nalgada – respondí, el me la dio en el otro cachete, me sobresalte, porque esta vez fue más fuerte.
- Esa me dolió – le comenté.
- Disculpa amor, se me pasó la mano – dijo
- El agua esta lista – dije – metámonos

Entre primero dejando que la calidez del agua me abrazara, era muy reconfortante, el Kike entro tras de mí, quedamos frente a frente, nuestras erecciones se tocaban, sin dudarlo mas lo bese con pasión y lujuria, lo agarre por su cabello y tire un poco de el para separarlo de mí y mirarlo a los ojos, su intensidad me consumió y bruscamente lo lleve de nuevo a mis labios. Sus manos recorrieron mi cuerpo por completo, con una de sus manos tocaba mi trasero, mientras que la otra unía nuestras erecciones para estimularnos mutuamente.

Me gire en la ducha, quedando de espaldas a él, el agua seguía cayendo por nuestro cuerpo, su boca se adueñó de mi cuello, sin poder reprimirlo solté varios gemidos, ahora como estábamos solos no teníamos porque reprimirnos, podíamos dar rienda suelta a toda la pasión y desenfreno.

- Me encanta como gimes amor, te tendré así todo el tiempo – dijo lamiendo el lóbulo de mi oreja, no sabía que tenía tantas partes sensibles, pero ahora era consciente de cada una de ellas.

Mientras él seguía con su trabajo, tome su erección con mi mano y la guie para que entrara en mí, de un principio costo un poco, por ello me incline apoyando mi mano libre sobre la muralla, hasta que él pudo estar por completo en mí, el agua golpeaba mi espalda, lo que me daba una nueva sensación, sus penetraciones no fueron amables, si no que esta vez fueron rápidas, los gemidos no paraban de salir de mi boca, tenía claro que a este ritmo, las cosas serían muy rápidas.

- Me tienes tan caliente – me dijo dándome una nalgada que acompañada de sus embestidas se sintió de maravilla.

Estuvimos en esa posición hasta que las caderas del Kike se movieron más rápido, me toqué un par de segundos y caí en el más fabuloso orgasmo de inauguración de la casa, el Kike por su parte duro unos segundos más hasta que sentí que se inmovilizaba dentro de mi cuerpo, había acabado dentro de mi llenándome con su leche.

El agua no paraba de salir, el Kike salió de mi interior dejándome vacío, me gire para besarlo una última vez, su pene yacía lacio por el recién alcanzado orgasmo al igual que el mío.

- Bañémonos – dijo – hay que seguir en la cama ahora – me comentó
- Si estoy de acuerdo – dije

Terminamos de bañarnos, cuando estuvimos secos por completo nos metimos a la cama, lo cual no fue tan buena decisión como pensábamos, ya que tras la ducha nuestros cuerpos se relajaron, además la noche anterior habíamos dormido muy poco con la maratón de sexo que habíamos tenido y el viaje había hecho lo suyo también.

- Amor me dio sueño – dije con los ojos cerrados
- mmmm – fue todo lo que recibí a cambio, indicándome que el igual estaba en la misma situación que yo.
- Amor hazme cariño en el pelo – dije, el Kike con su mano en piloto automático comenzó a tocarme el cabello, haciendo de esa la acción más relajante de todas, por mi parte le toque su abdomen y pecho, acariciando los bellos que el tenia, sabia que eso le relajaba a él, y así fue porque realmente no recuerdo en que minuto caí rendido, knockout.

Desperté al otro día, me sentía desorientado, busqué mi celular y no lo encontré, El Kike no estaba a mi lado, supuse que estaba en el baño, pero no fue así, no podía seguir durmiendo, sentía que ya lo había hecho demasiado, la noche anterior nos quedamos dormidos temprano así que calculaba por el nivel de claridad de la habitación que había dormido mínimo 9 horas, por lo que estaba como nuevo.

Un olor a pan tostado invadió el ambiente, si bien no podía seguir durmiendo, eso no impedía que quisiera seguir en la cama, estaba tan cómodo que no me quería levantar nunca, pero el olor a pan tostado abrió mi apetito de una manera súbita y quería comer algo, así que rebuscando entre mis cosas me puse mi pijama que sabía nunca usaría en mi estadía, pero me equivoque, porque aquí estaba poniéndomelo para ir a buscar algo que comer.

Entre a la cocina y ahí estaba mi amor de la manera más concentrada preparando algo para comer, la cocina no era su fuerte en lo absoluto, una sola vez me preparó un plato de tallarines con salsa boloñesa, no fue el mejor que probé en toda mi vida, pero al menos estaba hecho con cariño, que era lo que contaba. Me miró parado en la puerta, el solo vestía una polera y su bóxer, mientras que mi pijama era lo menos sexi posible, era un pantalón suelto de pijama con una polera manga larga… pero en mi defensa, es porque soy muy friolento, y con el Kike a mi lado no lo necesitaba, pero sin él, mi pijama era mi mejor aliado en las noches frías de verano (jajajajaja).

- Que haces ahí amor, anda a acostarte, quería llevarte el desayuno a la cama – me dijo
- Es que el olor a pan tostado hizo que me diera hambre y no aguante – respondí
- Si es que me demore un poco, tu sabes que la cocina no es lo mío, pero quería que comiéramos acostaditos – dijo
- Esta bien, voy a acostarme otro rato entonces – dije – oye has visto mi celular – pregunte
- Si, lo vi en la cómoda de la cama – dijo

Con su respuesta fui a la cama, y efectivamente ahí estaba mi celular, mientras él llegaba revise lo que tenía, había un par de WhatsApp de mi mamá y otros de mis amigas, pero lo que me llamó la atención fue que tenía un par de mensajes sin responder de algunos compañeros de la u preguntándome cosas de la universidad, tales como que ramos tomaría o con que profe, pero no los había respondido porque no tenía ganas de hablar de la u, menos estando de vacaciones, pero ahora esos mensajes salían como leídos. Sabía que todo tenía una explicación lógica, y lo más probable es que mi pololo del alma lo haya revisado, no era una acción que me molestara, en total no tenía nada que ocultar, a no ser que se fuera a mensajes muy pasados, pero de esos no estaba seguro si aún existieran en mi teléfono.

No estaba enojado en lo absoluto, solo quería preguntarle si tenía alguna duda de mi parte, pero quería ver si el sacaba el tema antes que yo, de todas formas yo sabía que no hacía nada malo, por eso es que mi celular no tenía contraseña ni nada por el estilo, me cargaba perder tiempo en eso, prefería utilizarlo solamente.

Estaba pensando en aquello, cuando el Kike entró con una bandeja en sus manos, no tenía ni la menor idea de donde la saco, pero era espaciosa, le daba cavidad a todas las cosas que preparó, estaban nuestras infaltables tazas de leche, tostadas con mantequilla, había queso y unas láminas de jamón, me dio un beso y se recostó a mi lado, tenía tanta hambre que podía acabar con todo eso yo solo, pero no quería decírselo.

- Amor está muy rico todo – le dije, si bien le costaba la cocina, sabía muy bien cómo me gustaba la leche con café con solo 5 gotitas de endulzante.
- No vez, estoy mejorando, si quieres hago el almuerzo hoy día yo – comentó a lo que yo me reí.
- No te preocupes, eso déjamelo a mí – dije – además quiero ir a la playa un rato, podríamos comer algo por allá – le propuse
- No, comamos algo acá, así guardamos plata para el ultimo día salir a comer a un restaurant, te parece – comentó
- Si, es una mejor idea – dije, sin poder aguantar más le pregunté de una manera muy sutil si él se había metido a mi celular – Amor – dije llamando su atención
- Dime – respondió
- Oye, de casualidad anduviste revisando mi celular – dije tocándole las costillas de una manera tal que hacía que no lo decía enojado sino que más bien era para salir de dudas de la manera más amable de todas. De un principio no respondió
- Si, pero fue sin querer – dijo – cuando me levanté se cayó al suelo y vi que tenías algunos mensajes, toqué la notificación, pero como lo tienes sin clave se abrió de una, por eso fue – dijo, no creí mucho su chamullo
- Amor, no me enojo si me revisas el celular, no vas a encontrar nada malo, te lo aseguro – le dije – además vi que miraste más una conversación
- Fueron solo tres – dijo en su defensa – la del guille (un compañero), porque tú sabes que siempre he pensado que quiere puro jotearte y la del jota porque es un weon muy caliente, te dije que lo he pillado muchas veces mirándote el poto y eso me molesta y el maxi es porque es mi amigo y quería ver de que hablaban – dijo
- Que eres desconfiado amor, si con ellos hablo solo cosas de la universidad, además como dices tú, son solo supociones tuyas, a mi ellos nunca me han dicho nada malo, y lo dudo porque lo más probable es que sean heteros, y son super amables, pero no se puede confundir la amabilidad con la calentura, no porque sea atento contigo quiere decir que quiera culiar contigo – dije – y el maxi es tu amigo, hablamos solo de cómo quiere que yo le ayude en las pruebas, ese maxi es todo un personaje – le comente
- Pero conmigo si eres amable porque quieres que te culee – me dijo acercándose a mi – y yo soy amable contigo porque quiero culiarte y mucho – respondió
- no podemos hablar nada serio sin que lo sexualices – le dije
- Tú me tienes así, porque no me das la pasada – dijo
- Porque comí recién – comente – además no me siento preparado – respondí, para ser sinceros entre nosotros, aunque suene un poco vergonzoso, tenía ganas de ir al baño, pero él nunca sabrá eso, hasta el fin de los siglos.
- Ya po amor, quiero puro estar contigo – me dijo
- Te conformarías con una chupadita por ahora – dije haciendo un puchero
- Tu si que sabes cómo complacerme amor – dijo

Se levantó de la cama y bajo su bóxer, su erección revotó de una manera hipnotizante, mi boca se hizo agua, quería probar lo que él me ofrecía, arrastrándome por la cama, logre sentarme en el borde, como juego previo, le di un pequeño, pero intimo beso en la cabeza, luego de eso lo masturbe hasta que una pequeña gota de líquido preseminal salió, lo que significó la señal para introducirlo a mi boca. Me fascinaba el sabor que tenía el Kike, era algo cautivador, hacía que muriera de ganas de que se derramara por completo en mi boca, bajo esa motivación comencé a meterlo tan profundo me fuera posible, mirándolo mientras cumplía con mi hazaña, veía como su rostro de contraía por el placer de mi mamada, él puso una mano en mi nuca, haciendo que tuviéramos un ritmo, el parecía que quería follar mi boca como un loco, las arcadas no tardaron en venir y como recién había comido no podía evitar tener la sensación de vomitarlo entero, así que fui prudente, lo tome solo hasta donde podía saber que su longitud me pudiera caber sin inconvenientes.

Se lo mamé hasta que me aviso que se correría en cualquier minuto, sin dejarlo escapar seguí succionando su miembro, hasta que sentí el líquido caliente llenando mi boca, sin dudarlo lo trague todo, el dejo caer su cabeza hacia atrás cuando el clímax lo golpeo, sus gemidos eran muy de macho y me encantaba. Liberando su pene, que volvía a su estado de flacidez me deje caer de espaldas en la cama. Él se recostó a mi lado.

- Lo chupas tan rico amor, tienes una boca privilegiada – me dijo dándome un beso, su lengua la metió por completo, no sabía si el saber que recién había estado su pene en mi boca le daba pudor, pero de momento no demostraba ningún asco – vistámonos bebé, que tenemos un día por disfrutar – me dijo

Y así fue, nos quedamos un rato regaloneando en la cama, y después nos pusimos a limpiar, yo lavé la loza con el compromiso que él lo haría después, el salió al patio de la casa a jugar a la pelota solo mientras, yo no lo acompañaría, era (soy) un cero a la izquierda para ese juego, era como si tuviera dos pies izquierdos, ni hablar de dominar el balón, dudaba que alguna vez pudiera hacerlo, pero el Kike todo lo contrario a mí era bastante bueno, casi siempre iba con sus amigos a pichangas y cosas por el estilo, sin duda que el deporte no nos unía.

Preparé algo rápido para almorzar porque quería ir a la playa luego, el Kike devoró su plato, decía que realmente le gustaba como cocinaba, y no era por tirarme flores, pero a mí también me gustaba. Sin perder más tiempo nos vestimos para ir a playa, estaba ansioso por conocer más del lugar y el día estaba espectacular, el sol brillaba radiante, alistamos todo lo necesario, nos pusimos nuestros trajes de baño, llevamos en una mochila las toallas, y algo de dinero.

Caminamos por las calles que nos separaban de la playa y todo parecía muy tranquilo, no había tanto ajetreo de personas, pero al llegar a la playa me di cuenta que ahí si habían y varias, buscamos un lugar tranquilo con el Kike, cuando creímos encontrarlo nos instalamos, la playa se veía genial, quería lanzarme inmediatamente, el Kike me dijo que fuera no más que el mientras cuidaba las cosas, haciéndole caso lo hice, de un principio me pareció un poco (muy) helada, pero mis ganas de un chapuzón eran mayores por lo que me tire sin pensarlo mucho, me costó un poco acostumbrarme a la sensación, pero cuando ya lo logré, pude disfrutar la sensación de tranquilidad.

Cuando sentí que fue tiempo suficiente volví a donde estaba el Kike, quien me observaba recostado en su toalla, con los lentes que traía se veía totalmente apetecible, sin duda era un afortunado.

- Amor, te veías como de comercial en el agua – dijo riendo
- ¿cómo? – dije algo con vergüenza
- Si, cuando te tirabas al agua y salías, era como ver un comercial sexi – se rio
- Que eres mala onda – dije
- Pero es en buena onda, te veías sexi – dijo – Ya, ahora me toca a mí – se levantó y saco su polera – disfruta de la vista – dijo y se adentró para llegar al agua.

Estuvo un rato en el agua y luego volvió, las gotas caían por su cuerpo, era una imagen muy excitante, aguantando todas las ganas de cosas sexuales, me dedique solo a verlo, se recostó en su toalla a mi lado.

- Estaba muy rica el agua – dijo – ahora tomare sol
- Yo igual, porque estoy muy blanco – dije

Estábamos solo disfrutando de este momento de relajo, cuando una pelota revotó cerca nuestro, pera ser más preciso me cayó en el brazo, no me dolió, más bien solo me sacó de mi estado de relajación máxima, modo zen. El Kike, tomó la pelota y la regreso a sus dueños, estaban jugando algo así como tenis, pero con los pies, algo que sin duda nunca jugaría.

- Buena cabros – nos dijo una voz, mire de quien provenía y era uno de los que estaba jugando a la pelota.
- Hola – respondimos con el Kike
- Cabros, quieren jugar su tenifutbol – nos preguntó
- No sé – dijo el Kike casi pidiéndome permiso, me reí por dentro, el Kike podría jugar a eso, y lo ganaría para ser sincero él solo, pero yo ni en sueños, a no ser que se jugara con las manos yo no le entraba.
- Pucha, yo no le entro, pero anda tú, yo me quedo cuidando las cosas – le dije
- Bueno – dijo parándose, no le costó mucho tomar la decisión.

Me gire para quedar boca abajo, así podía observar como jugaban, eran todos hombres lo que jugaban, a su alrededor había muchas minas babeando por ver como esos machos jugaban a la pelota, el Kike partió algo tímido, pero luego se fue soltando y mostró lo bueno que era. Vi como a tres minas mirando a mi hombre, pero, aunque fueran muy zorras, no tendrían ninguna oportunidad con él.

El sol comenzó a quemarme mucho la espalda, por lo que me giré dejando de prestar atención al partido, paso bastante tiempo, me volví a girar para ver en que iba el partido, pero no vi a nadie jugar, estaban todos en un círculo bastante grande que incluía muchas personas, el Kike igual estaba ahí, se reían de cosas que hablaban, no le preste mucho la atención a eso, pensé en que debería haber traído un libro para leerlo, además no quería interrumpir al Kike, tampoco era tan posesivo para no dejarle hablar con nadie y me gustaba que fuera tan sociable.

Revise mi celular, aproveche el momento de responder los mensajes de mi mamá, le mande un par de fotos de la playa, al igual que a mis amigas, a las cuales les saque pica de donde estaba, el sol estaba comenzando a bajar, mire la hora y ya eran las 18:30, el tiempo había pasado muy rápido, y yo aún quería recorrer más de la ciudad, pero ya tenía claro que por hoy no se podría, aunque igual se podría hacer de noche, idea que me gustó. 

No quería molestar al Kike, el que se veía muy a gusto con su nuevo grupo, pero ya me quería ir, no sabía cómo llamar su atención, pensé en llamarlo, pero su celular estaba dentro de la mochila, no sabía que hacer, así que me giré mirándolo a la primera oportunidad de hacer contacto visual lo llamaría, así me encontraba hasta que paso un chico, joven era como de mi edad vendiendo pulseras.

- Hola ¿cómo estás? – me consultó, de un principio no sabía si me hablaba a mi o no
- Hola – dije en respuesta, me reincorporé para sentarme en la toalla, prestando atención a lo que me diría, el por su parte se agacho para quedar a mi altura.
- Mira, ando vendiendo estas pulseras, las hice yo – me dijo, se notaban que eran artesanales, pero por sobre todo eran muy lindas – cada una tiene una runa, la idea es que elijas la que más te gusta y luego te digo su significado
- Todas se ven muy bonitas – le comenté, decidido a comprarme una elegí la que me pareció la figura más linda de todas.
- Elegiste la de la sabiduría – me dijo, por lo que me paso un papel que decía el significado completo de la runa, entre lo que recuerdo (porque tampoco me lo memorice), es que decía que tenía una personalidad fuerte y siempre pensaba las cosas antes de hacerlo, de sentimientos fuertes, pero sinceros. Realmente su significado en si me gustó mucho. Le pague la pulsera, y mientras esperaba el vuelto intente ponérmela, pero el broche era algo complejo porque no podía fijarlo.
- Ahí está tu vuelto – me dijo pasándome la plata – te ayudo con eso – dijo percatándose de que me costaba ponerme la pulsera
- Si por favor – dije riendo, él no se demoró nada, demostrando una destreza increíble pudo fijarla – gracias – respondí
- Gracias a ti y que te valla muy bien, si quieres llevar una de regalo siempre paso por aquí a esta hora – me dijo
- bueno, lo tendré en cuenta, es recién mi primer día acá, así que, si necesito una más, vendré por acá – dije
- Bueno, que estés bien – dijo
- tu igual, éxito en la venta – respondí

Él se fue, yo me quede observando mi nueva pulsera, era muy linda, el sol definitivamente se estaba ocultando, por lo que aliste mis cosas, el Kike pasado unos minutos volvió, no parecía muy feliz, pero no le tome importancia, guarde nuestras toallas.

- Vamos, que tengo hambre – le dije
- y no íbamos a ir a recorrer un rato más – comentó
- No, ya es tarde, además tengo frio – dije – quiero ir a ducharme, pero después de eso podemos salir en la noche un rato – le dije
- Buena, a mi los chiquillos me estaba invitando a que fuera a una disco en la noche con ellos, pero no creo que valla – me dijo
- No sé – dije, porque realmente no me apetecía ir a una disco, sentía que no era el objetivo del viaje, pero si él quería ir lo acompañaría, seria Fome quedarme solo en la casa – Mira lo que me compre – dije mostrándole mi pulsera
- Si, esta bonita, te vi cuando la compraste – me dijo
- ¿Quieres una? – le pregunté, porque aun veía a la persona que le compré la pulsera
- No -dijo simplemente
- Mira ahí está el niño que me la vendió – le dije mirando a donde estaba conversando con una familia
- Se nota que lo miraste muy bien, no quieres que te ayude yo mejor a ponerte la pulsera – dijo tomando la mochila, todo apuntaba a una escena de celos.
- Kike por Dios, como puedes estar celoso de eso – dije
- Es que tú eres muy coqueto, te vi cómo le sonreías – dijo
- No, es que tú te pasas, estaba simplemente comprando una pulsera, como puedes sentir celos de eso – dije – además perfectamente pudiste venir donde estaba, ni siquiera me di cuenta de que hacía algo malo
- No se vámonos mejor – dijo
- Que eres amargado – dije
- El amargado eres tú, nunca quieres hacer nada entretenido, siempre que te invitan a jugar te niegas – me comento o más bien me reprochó
- Eso es mentira, bueno en realidad solo una vez me han invitado a jugar algo y ha sido esto, al menos en tu compañía y sabes que no juego, porque una cosa es divertirse y la otra es no sentirse cómodo, sabes que soy muy malo para eso, si hubiera sido bolley ball o tenis o algún otro deporte hubiera jugado feliz, pero el futbol y esa mierda del tenis futbol no se me da – dije en mi defensa – pero si soy tan Fome no sé porque quisiste venir conmigo si sabias como soy, al menos intento que esto sea lo más entretenido para ti, disculpa, y si sigues así prefiero que me dejes botado como lo hiciste toda la tarde – camine sin esperar su respuesta, en la casa tendríamos que seguir hablando, no quería dar un espectáculo en la playa.

Caminamos en silencio hasta llegar a la casa, encendí la ducha y si avisarle me fui a bañar, cerré la puerta del baño, indicándole que no quería bañarme en su compañía, prefería hacerlo solo, al menos por ahora. Me caía muy mal el Kike celoso, pero sabía era una faceta más de su personalidad y esperaba pudiéramos trabajar en eso o siempre estaríamos peleando por la vida. Terminé de ducharme y fui rumbo a la pieza para poder vestirme, ahí estaba el sentado en la cama.

- Ya desocupé el baño, puedes ir no más – le dije
- Bueno – respondió, tomo su toalla limpia y fue a bañarse.

Por mi parte me vestí, y me acosté sobre la cama esperándolo para que arregláramos este asunto, estábamos de vacaciones y encontraba de pésimo gusto arruinar el momento por algo tan tonto como unos celos injustificados. Kike no se demoró tanto en su ducha, entró a la habitación vistiendo solo la toalla amarrada a su cintura, la que saco frente a mí para comenzar a vestirse. Esta vez quería hablar algo serio por eso no lo mire, les juro que hice hasta lo imposible hasta cumplirlo, estuve con mi cabeza centrada en mis manos sin hacer ni siquiera el amague de mirarlo.

- Amor disculpa – dijo el sin que me lo esperara
- Sabes que te disculpo, pero aun no entiendo de que vienen los celos, si al menos de mi parte nunca te he dado motivos para que los tuvieras – dije
- Es que yo soy así, me carga ver cómo la gente pasa a tu lado queriendo algo más de ti y tú ves todo con otros ojos, no cachas cuando alguien te jotea tu solo eres tú, alguien atento amable y a veces tierno, haces que fácilmente alguien se confunda y no te das cuenta de eso y justamente eso hace que llames tanto la atención – dijo – hoy día ese tipo en la playa te veía descaradamente y tu solo te reías coquetamente, pero no porque quieras si no porque eres así y eso me encanta de ti, pero odio que los demás quieran aprovechar eso – dijo sin más, no sabía que creyera eso de mí, pero pensaba que no era sano que fuera de esa forma, no porque alguien se me acercara quería decir que era gay y quería tirar conmigo, al menos yo no lo veía así.
- Kike, mira si alguien se me acerca no es para segundas intenciones, al menos yo no lo veo así, solo respondo a lo que me preguntan tampoco quiero ser un weon pesado con medio mundo para no darte celos a ti – respondí – tienes que trabajar con eso porque según tu si yo hablo hasta con un viejito que me pregunta una calle, el me esta joteando
- No Camilo, No es así, solo con la gente que se les nota sus segundas intenciones – dijo
- Esta bien, pasando de eso, prefiero que cada vez que te enojes respires, porque te vuelves un tanto hiriente, no quiero pelear contigo, lo odio, además vinimos aquí a pasarlo bien, aunque sea Fome, estamos en esto por cinco días más – le dije
- No quise decir eso, espero que lo sepas, es solo que no se manejar estos celos, no soy yo y nunca antes me había pasado – respondió – no sé porque elegí un pololo tan lindo, lo tienes todo y todos te desean, pero es bueno para mí que tú no te des cuenta, así no me dejas nunca – respondió
- No hare de esto un drama si me prometes que intentaras no ser tan celoso y te dedicaras a que solo lo pasemos bien los días que quedan – propuse
- está bien – dijo – ahora nos podemos reconciliar – me propuso ahora el
- Si, exijo mi sexo de reconciliación – dije

Me acerque hasta el para darle un beso, mi intención era solo juntar nuestros labios para un simple piquito, pero él me tomo e hizo del beso algo más intenso, nuestras lenguas batallaron, sin poder reprimirlo le mordí su labio inferior un par de ocasiones, acto que a él lo encendía.

- Amor tengo ganas que hagamos algo – me dijo
- ¿Qué cosa? – consulte
- Podríamos hacer un 69 – dijo

Nunca lo habíamos intentado, a decir verdad, siempre era yo quien le hacía sexo oral a él, mientras que el a mí de vez en cuando me lamia el ano, lo que era muy reconfortante, no había sensación más rica, por lo que acepte.

Nos desnudamos por completo, no me demore nada lo hice casi en tiempo récord, el por su parte como venía desde la ducha solo se sacó la polera que había alcanzado a ponerse, nunca había hecho esta pose por lo que no sabía muy bien como comenzar, el por su parte se recostó en la cama.

- Ven, siéntate acá – dijo mostrando su cara
- Ahí voy – dije

Sintiendo un poco de vergüenza hice lo que me pidió, una vez sentado en su cara me recosté sobre su cuerpo hasta tener su pene, en estado de semi erección en mi cara, el no hizo esperar más porque lamio mi trasero de la manera que tanto me gustaba, sin perder el tiempo hice lo mismo, pero con su pene, lo metí en mi boca, como aún no estaba duro por completo hice que me entrara por completo, pero a medida que mi boca fue haciendo su trabajo, metérmelo entero se hizo más difícil, el por su parte nunca dejo de jugar en mi entrada, hasta que en un momento determinado comenzó a hacerme oral, él nunca me lo había hecho, pero se sintió muy rico.

Esta acción hizo que me diera el impulso para hacer algo nuevo, comencé a mamarle el pene con más intensidad y masajear sus testículos con mi mano libre, poco a poco y aprovechando mi saliva comencé a acariciar su ano con mi dedo índice, él se tensó, pensé que le había molestado.

- Si quieres no sigo – dije sacándome su pene de mi boca
- No sigue, pero solo no seas tan brusco porque soy virgen de ahí – me dijo, esto último con un deje de humor en sus palabras.

Seguí lamiendo su pene y de vez en cuando sus testículos, me era difícil llegar hasta su trasero pero lo intente y pareció gustarle también, aprovechando la gran cantidad de saliva que tenía en mi boca, la use para lubricar su entrada y así meter un dedo dentro de el sin dejar de mamar su pene. El dejo escapar un pequeño quejido, por mi parte lo seguí haciendo con mucho cuidado. Con mi dedo dentro y sin dejarle de mamar, de un minuto a otro y sin previo aviso el comenzó a acabar, de una forma furiosa, retuve una cierta cantidad de su semen en mi boca, mientras que el resto se derramó sobre él. Jugué con su pene hasta que yació flácido, el por su parte metió sus dedos en mi trasero y siguiendo mí mismo ritmo, de lamidas, masturbación y mamadas me hizo acabar.

Me baje de arriba de él, donde nuestros cuerpos se habían unido estábamos bañados en sudor, él estaba sonrojado, pero se veía satisfecho.

- Amor, no sé que fue eso, pero se sintió muy rico – dijo – creo que vamos a necesitar otra ducha, pero primero quiero aprovechar de ensuciarnos un poco más.

No entendí sus palabras, pero se acomodó a mi lado besándome el cuello estimulándome, si bien habían pasado un par de minutos desde nuestros orgasmos, él ya estaba listo para una nueva ronda, la cual no me negaría a dársela, porque igual la quería.

*******-*******-*******

Ese fue el único altercado que empaño nuestra estadía en La Serena, los demás días sirvieron para conocer la ciudad, visitamos distintos sectores, su compañía me hacía bien, podíamos caminar juntos por la calle y como no conocíamos a nadie me daba igual lo que dijeran, aprendimos mucho de la convivencia del uno con el otro, sin duda serian unas vacaciones para el recuerdo, me hubieran gustado que fueran más días, dos semanas, un mes o incluso un año, porque de solo tenerlo a mi lado las mariposas en mi estómago se descontrolaban.

Pudimos explorar mucho más en el ámbito sexual y la promesa de él de no dejarme dormir por las noches, la cumplió un par de días, en los cuales nos dedicamos a tener maratones de sexo desenfrenado, que me dejaban tan exhausto que apenas podía abrir mis parpados cuando terminábamos.

Fue un viaje que a pesar de todo fue muy redondo, sin duda alguna no quería volver a Santiago, no quería volver y que tuviéramos que vernos cada ciertos días porque después de tenerlo para mí siempre, la distancia parecía algo muy malo.


Por sobre todas las cosas, esperaba que esta paz durará y que no se vinieran malos momentos, pero como todos saben no hay felicidad completa, y muy en el fondo sabía que tarde o temprano despertaría de este sueño, solo esperaba que me equivocara y no fuera solo un sueño sino una realidad, pero solo el tiempo se encargaría de decirme lo contrario.


*******-*******

Hola a todos :)
He vuelto, espero no me hayan extrañado
nos leemos luego niños :)

Los quiero <3 

P.D: Quedo atento a cualquier comentario, desde ya digo que el siguiente capitulo me ha costado escribirlo, llevo un par de días en ese, pero me ha complicado un poco
Espero tenerlo listo el fin de semana u.u 

14 comentarios:

  1. ¿¿Camilo, eres versátil?? =O =O =O =O

    P.D: Buen capitulo <3 <3 <3 <3

    P.D2: Que celoso tu pololo ¬¬ ¬¬ ¬¬

    ResponderEliminar
  2. Pucha Camilo...algo me dice que las cosas empeoraron heavy entre ustedes. :(

    ResponderEliminar
  3. Sí te extrañamos y desde ya estoy esperando el siguiente capítulo jajaja. Por otro lado, espero que lo de los celos no sea problema y que ese último párrafo no signifique *PELIGRO*

    Excelente el capítulo como siempre, Cami, abrazos y mis mejores deseos para ti. :)

    att: el colombiano

    ResponderEliminar
  4. Sin duda las vacaciones en el pololeo son lo mejor, haces de todo y todo. Un momento para aprender en el día a día del otro, lo lamentable es la despedida y volver a la rutina, te pasaste con esa nueva exploración con el Kike en el 69 jajaja quedo loco
    Cariños Camilo
    Ro3l

    ResponderEliminar
  5. Igual como que te sexualiza bastante. Y que fome que justifique sus celos diciendo que eres tú el causante de ellos, porque ser amable y todos te deseen, no me gusta eso :(

    ResponderEliminar
  6. Muy buena tu historia y el relato Camilito, pero quisiera saber si esto va acorde lo que pasa en tu día a día o vas unos meses más atrasado, me gustaría que hicieras una línea de tiempo si no es mucho pedir
    Espero el otro capítulo!!!

    ResponderEliminar
  7. Yapo, Camilo, Apura la causa!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  8. https://cronicasdeunflaquito.blogspot.cl pacense maracas!

    ResponderEliminar
  9. Camilo. Te quiero desear una muy feliz Navidad. Que se haya portado bien el pascuero este año y que vengan tiempos de enormes bendiciones para ti en todo ámbito. Un abrazo con el eterno cariño del Pista8

    ResponderEliminar
  10. El síndrome Borja XD XD XD XD

    ResponderEliminar

Capitulo I - Tentación

Capítulo 1 – Tentación Felipe Sebastián Claudio Tres nombres que trataba de evitar, tres personas que hacían querer desaparecer ...