sábado, 10 de marzo de 2018

EXTRA 1


Extra 1

Mis días de vacaciones no eran como los pensaba, al menos en el sentido del descanso, realmente no parecían vacaciones, pero tenía claro que hacer practica era algo que me ayudaría bastante para interiorizarme en mi carrera y tantear un poco el terreno, pero sin duda la carga que estoy teniendo me colapsa un poco, realmente los jefes de solo oír que uno es una persona en práctica se traduce en la persona de los mandados, pero para mi suerte no era el único en esa situación, porque poseo 2 compañeros más y una compañera, los que en conjunto nos pasamos la tarde maldiciendo a la gente que nos manda por doquier.

Si bien la carga horaria de la práctica no es tanta ya que solo trabajo de lunes a jueves, las obligaciones son demasiadas, aun así y pensando en las últimas semanas de febrero en las cuales saldría de Santiago es que decidí aprovechar los fines de semana para generar algo más de dinero, por lo que acepté la oferta de un amigo que me ofreció pega en un mall capitalino de promotor para una conocida marca, trabajaría solo sábados y domingo, de un principio estaba reticente a esa idea porque quería algo de vagancia en mi vida, pero ahí estaba dejando como único de día descanso los días viernes, pero si había algo que me convencía era la plata que pagaban, lo cual era harto si pensábamos que solo trabajaría dos días a la semana, más la plata de la práctica, me podría reventar dos semanas de vacaciones y pasarlo muy bien, la ganancia que esperaba tenía altas expectativas, por lo que decidí jugármela y hacerlo.

Es así como la segunda semana de enero comencé en mi segundo trabajo, entre siendo un total pollito en todo ámbito, me cohibía tener que llegar y hablarle a cualquier persona, así que tras una fatídica primera hora de trabajo decidí que tenía que cambiar el switch, que no sacaba nada tirándome para abajo y tenía que simplemente darle no más si en total, después lo más probable es que nunca más vería a esas personas de nuevo.

Luego de eso el trabajo se me hizo más ameno, el primer día no hable con mucha gente en la tienda todos se veían como personas muy creídas, y no era para menos ya que a un sector tenía a las niñas que vendían cosméticos y todas eran unas pinturitas full arregladas y por otro lado a los Minos de electrónica y telefonía, todos ellos muy Minos y algunos unos verdaderos machos flaites, en secreto los ame a todos y cada uno de ellos fue parte de alguna fantasía mía, pero también debo dejar claro que no era un paraíso, lo que tenían de lindos, lo tenían de creídos, algunos unos verdaderos odiosos.

El segundo día de trabajo entre un poco más suelto, es así que pude hacer el primer contacto con alguien, se llamaba Héctor, trabajaba para Samsung, era un colombiano muy apuesto, su acento me mataba, pero había algo que no me gustaba de él, su porte, ya que no me gusta la gente más baja que yo, pero, en fin, eso era solo para mis adentros ya que tampoco por hablarme iba a pensar que formaría una familia con él. Héctor sin duda fue una persona muy atenta, de hecho, coincidimos en la hora del almuerzo por lo que me invitó a comer en la mesa que él estaba junto al resto de sus compañeros, había de todo, pero solo machos, y cuando digo machos es machos, eran mayores que yo de hecho era el más chico hablando de edad ya que todos tenían sobre 25 años.

Todo era armonía, hasta que comenzaron con el bombardeo de preguntas donde fui el centro de atención de todos, partimos de lo más básico a lo más profundo, hasta que llegamos al incomodo momento

- ¿tienes pareja? – Pregunto Sergio, un promotor de LG, él era rubio y usaba lentes, era alto, muy alto, muy bien peinado y con una esencia demarcada por los litros de perfume que creo se echaba.
- No – dije simplemente, me sentía incómodo en este aspecto sobre todo si querían profundizar, era lo más terrible para alguien que quería parecer hetero normado en su vida real.
- ¿hace cuánto sin novia parce? – consultó Héctor
- hace mucho, como un año – dije simplemente, de pronto un pensamiento fugaz pasó por mi cabeza, porque tenía que aparentar ser algo que no era, vivir desde la incomodidad o el simple anonimato, quería estar cómodo en un lugar sin tener que armar una actuación a diario o usar una máscara de nada me afecta y nada me perturba, no quería nada mas de eso, así que usando todo lo que tenía de mí y casi como si fuera un impulso repuse – si hace como un año termine con mi pololo – al decir esto note como la expresión de los demás cambiaba, éramos 6 en la mesa, y pude ver como sus miradas de algunos era de asombro al ser tan abierto con algo tan simple, podría asegurar que hasta pude notar el rostro de un compañero espantado por mi respuesta, pero el Mauri que era un compañero super desenvuelto que trabajaba para Claro fue el primero en hablar.
- Chuta perro no sabíamos, disculpa si te incomodamos por todo – fue todo lo que dijo, como si lo que hacían era un pecado tremendo.
- No, tranquilos, a mí me da igual reconocerlo – mentí, porque por dentro moría de miedo que alguien pudiera decirme algo ofensivo, ya que, si bien intentar hacerse el valiente frente algo así era un avance, estar preparado para un escenario más intenso era otra cosa – prefiero ser sincero – dije.
- Si total el poto es de él – dijo Tomas, que trabajaba para Entel en tono de broma, él se rio, pero nadie más lo acompaño, no me sentí ofendido, porque sentí que no lo hacía de mala intención, además por lo poco que había compartido con él, era de los que molestaba a todo el mundo.
- Que es desubicado este weon – dijo Claudio, él trabajaba para Huawei, él era mi amor platónico (más platónico que todos, en mi ranking interno el lideraba toda competencia siendo un 10/10 físicamente), era un moreno con algo de barba que me mataba con sus ojos azules, moría por cada una de sus miradas o de las sonrisas que me lanzaba con esas margaritas que se le formaban, simplemente era un sueño húmedo.
- Era solo una broma perro, disculpa si te ofendí – me dijo Tomás, esta vez serio y un tanto apenado.
- no tranqui – dije – si es verdad que el culo es mío – respondí y me reí al igual que otros compañeros viendo que daba pie a las tallas – siempre y cuando no sean mala onda no me molesta, además no soy muy enrollado, pero si se pasan para la punta ahí si me conocerán – dije intentando ser algo, aunque sea una pizca de intimidante.

Ese día la conversación del almuerzo tomo un rumbo inesperado ya que todos continuamos hablando de un tema distinto, sin volver a mi sexualidad y para ser sincero tuve la sensación de ser aceptado tal cual era, ninguno de ellos me hizo algún tipo de desaire lo cual fue una suerte, uno no siempre se encuentra con gente de ese estilo, ya que en la vida hay cada loco dando vuelta.

Ese día me despedí de ellos al acabar la jornada sin saber si los volvería a ver, porque como trabajaba solo los fines de semana no sabía muy bien si a lo mejor me cambiarían de lugar el fin de semana que venía o si a mis supervisores no les gusto mi trabajo y hasta ahí no más llegaba. Para mi fortuna, seguí el siguiente fin de semana ahí mismo y todos se alegraron de verme, saludé a todo el mundo y comencé una nueva jornada de trabajo.

A la hora de almuerzo coincidí con Claudio, el Mauri y Tomás, les comentaba lo ocupado que me tenía mi practica y lo agotado que estaba ese fin de semana por solo haber descansado el viernes. De pronto el Mauri saco nuevamente un tema a la palestra.

- Oye Camilo ¿tus viejos saben que eres gay? – dijo esto último más bajo como si fuera el secreto más grande del mundo, por lo que sonreí.
- No, no saben, de hecho, nadie de mi familia lo sabe, solo se lo he contado abiertamente a dos personas, que son mis mejores amigas y ahora ustedes lo saben, de hecho, mis relaciones siempre han sido secretas y no sé muy bien porque se los dije a ustedes fue como un impulso – reconocí.
- pero tus pololos ¿eran gays? – quiso saber Tomas que ahora estaba intrigado y no había rastro de broma en su tono.
- uno si y el otro no – dije
- chuta, dos relaciones y te ves bien piola – dijo Tomas
- Si, pero han sido relaciones algo macabras – dije – no termine bien con ninguno de los dos, si quieren un resumen, tengo más cuernos que los renos del viejo páscuelo – dije
- Que lata – dijo Claudio
- Si fue penca, pero tampoco soy un santo, así que creo que mejor estoy solo, lo he pasado muy bien soltero y por ahora no tengo ganas de amarrarme – confesé
- Si es lo mejor, además eres chico y te queda caleta por delante, así que dale nomas disfruta de la vida – dijo el Mauri
- Pero no tanto – dijo Tomás – oye entre nosotros no más de aquí no sale, ¿Cómo lo hacen? – quiso saber, sentí mi cara roja, por ningún motivo daría detalles de eso, al menos no sobrio.
- No te voy a responder esa wea – dije riendo, el Claudio y el Mauri también se rieron de las ocurrencias de Tomás.
- Oye con los cabros haremos una junta el jueves en mi casa, la verdad es algo bien piola, con asado incluido y nada si quieres ir estas invitado, es con cuota para la comida y el copete, lo pasaremos bacan – dijo el Mauri, el Tomás y el Claudio asintieron como si la idea les pareciera bien, por mi parte me sentí muy bien por su invitación, por lo que no dude en aceptarla.
- Buena, me parece genial, eso sí trabajo en la semana por lo que no podría ayudar mucho en las compras – dije
- No importa, me puedes depositar la cuota y vas no más, si las cosas la compraré con el Claudito el jueves en la mañana porque tenemos suerte y tenemos libre jueves y viernes, eso sí como ya dijiste que tenías el viernes libre tendrás que ayudar a ordenar después – dijo riendo.
- Bueno, no importa – dije.

Volvimos a nuestro trabajo, mi celular vibro en mi bolsillo, ahí me di cuenta que me habían agregado a su grupo de whatsapp que decía “Sus FIFA”, si pensaban que jugaría eso se equivocaban porque era un cero a la izquierda para todo tipo de juego ya sea de futbol, basquetbol, pelea, aventura, todo era algo chino para mí, yo me quede en la época del crash y de ahí no he avanzado mucho.

Ese fin de semana fue bastante bueno, me fue bien en el trabajo y encaje en el grupo de ellos bastante bien, nadie tenía problemas de mi orientación y me aceptaban como era, de hecho no fue tema para nadie y todos estuvieron de acuerdo con mi participación en la junta, me integre muy bien a ellos, de hecho fui parte de sus tallas, como así yo también les lance algunas, a la salida de la pega tomé la micro con alguno de ellos, todo fue normal, ahí me di cuenta de la dimensión de cómo era un grupo de hombres, los cuales si se tenían buena a la primera todo fluía muy rápido, todo se solucionaba con una “pichanga” o unas “chelas”.

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El día de la junta llegó, no podía mentir que tenía un poco de nervios, los conocía poco a todos, pero no me sentía incómodo con ellos, al llegar a la casa del Mauri me encontré con todos ya sentados con chelas en la mano, unos en el sofá jugando Play, otros batallando prendiendo el fuego y otros conversando, éramos un grupo de 10 hombres, nada de mujeres a la vista, luego entendí cuando días anteriores habían cambiado el nombre del grupo a “club de Toby”, ahora todo calzaba. Para no llegar con las manos vacías y como había calzado con fin de mes lleve un pack de cervezas de 24, al verme bajar del Uber con la caja, el Tomas corrió al rescate de las cervezas.

- Buena perro, pensamos que no vendrías – dijo el
- Si, te demoraste caleta – repuso el Mauri
- Si lo que paso es que el Uber se topó con un taco, además ningún chofer me aceptaba – dije
- Que buena trajiste más provisiones – dijo el Claudio.
- Si no quería llegar así no más, además ustedes compraron todo – dije
- ah pero por eso era la cuota – dijo el Mauri – pero bueno si insistes nadie se opone a lo que trajiste – dijo riendo.

Ese día no había comido mucho y a la segunda cerveza que me tome mi cuerpo me lo hizo saber, estaba tomando sentado al lado de la parrilla mientras que el Claudio y el Mauri se encargaron del fuego y de la carne me conversaban de donde compraron, me pare para ir al baño y todo giro, era inminente que lo económico que era se estaba reflejando, cuando volví todo tambaleante, ellos no pudieron dejar de reírse

- Qué onda camilo, ya estamos listos parece – dijo el guachito rico del Claudio.
- Un poco no más, es que no comí mucho hoy día – confesé
- tengo un pan ahí si quieres – dijo a lo que me negué
- no gracias si estoy bien, dejare de tomar un rato hasta comer – dije

El asado comenzó a arder y el olor de la carne revivió mis tripas, tenía mucha hambre, de a poco se acercaron los demás a ver cómo iba el asado, el Claudio nos dio de probar la carne a todos, y ahí el Tomas que estaba muy entonado soltó la primera talla que no dude en responderla por los efectos del copete.

- Camilo avísame si está bien así o la quieres más cocida – dijo Claudio dándome un trozo de carne cortado.
- No esta cruda así que cuidado – dijo el Tomas riéndose, provocando la risa de todos.
- Puta que lata, pero al menos esta carne me gusta bien cocida – dije entre risas, a lo que todos los demás se rieron.
- Ustedes dos se pasan – dijo el Mauri riendo – parece que van a tener que dejar el copete por un rato.
- No, yo solo respondí a lo que me dijo el Claudio, ustedes lo mal pensaron – dije.

La noche siguió de lo mejor, el asado le quedo muy rico al Claudio y todo lo alabamos por su hazaña, estábamos todos muerto de hambre nivel dios, por lo que con los copetes que llevábamos nos envalentonaron para pasarnos los modales por cualquier lado y comimos la carne hasta con las manos, por suerte el Mauri y el Claudio pensaron en todo y compraron harto de todo y nadie quedo con hambre, incluso sobraron cosas para el bajón.

Luego continuamos tomando, pero ahora no solo chelas, sacaron unas piscolas infernales, no pase por alto el hecho que me dijeron que mi pagada de piso era tomarme un vaso al seco, su preparación se podía decir que era un 10% de hielo, 10% coca cola y 80% pisco, de solo oler el vaso me dolía la guata, pero sin dudarlo y por la motivación que todos me daban me lo tome al seco. Si necesitaba un empujón para soltarme, eso me dio mucho más, ahora me encontraba en plena borrachera donde nada me importaba, no sé cómo alguien termino sacando una botella de tequila, y ahí estaba yo otra vez tomando, fue una mezcla infernal, solo recuerdo haberme tomado 6 shots, el Mauri tenía un vaso especial para eso, mi último recuerdo fue haber salido a tomar aire y luego simplemente despertar en una pieza desconocida para mí.

Nunca en mi vida me había pasado por mucho que tomara nunca había perdido el conocimiento, al despertar sentía que tenía un corazón en la cabeza y un dolor de guata tremendo, sentía la boca seca, pero el balance en general era que estaba fatal, simplemente quería morir, intente recordar algo de la noche, pero solo recordaba que aceptaba el tequila como si fuera agua, y luego yo saliendo por aire de la casa, luego yo calentándome las manos con la braza de la parrilla, luego yo conversando con el Claudio afuera de la casa del Mauri, luego yo entrando nuevamente a la casa, luego el Tomas Vomitando en el baño, y luego yo siendo arrastrado a acostarme, todos esos “luegos”, no tenían una cierta continuidad, eran como ver varias escenas de una película de forma separada. Sentí un ronquido en el suelo, donde pude ver que había un colchón y sobre él estaba el Claudio durmiendo sin polera y tapado por lo que no vi si llevaba o no pantalones, pero roncaba de una forma estrepitosa, ahí encontré su mayor defecto, era muy lindo pero sin duda un roncador acérrimo de tomo y lomo, luego un flash back tomo mi cabeza, yo pidiéndole al Claudio que grabara, busque mi celular y no lo encontraba por ningún lugar, al encontrarlo solo me quedaba un 15% de batería, eran las 10 de la mañana pero no se sentía nadie con vida fuera de la habitación.

Busque en la galería de mi celular y habían muchas fotos que no tenía ni idea de cómo llegaron hasta ahí, pero mi corazón se detuvo cuando encontré un video, era de cinco minutos, de un comienzo se escuchaba como me acomodaba, todo se veía oscuro, estaba muy fuerte el sonido asique lo baje por completo, luego aparecía en escena un pene, si señores un pene grueso y un tanto largo, a simple vista muy bello (jajajaja), el problema de todo era que luego aparecía mi cara encandilado por el flash del teléfono, luego de decir algo con toda propiedad me metí el pene a la boca, lo hice de una forma frenética, por el tamaño no me entraba del todo en la boca pero a simple vista quedaba clarísimo que hacia todo el esfuerzo por metérmelo lo más adentro posible, luego la cámara se sale de foco y vi como el Claudio se grababa su cara de placer, mi corazón se aceleró, no recordaba nada de esto, se sentía como un sueño, como algo poco creíble, adelante todo el video para simplemente ver el final, ahí pude ver como el Claudio acababa en mi cara y boca, era como ver una película porno casera amateur, yo sin tapujos con mis dedos me comí toda su liberación que bañaba mi cara mientras él me ayudaba con su pene, barriendo el semen de mi rostro hacia mi boca, el video termina conmigo sonriendo de una forma distorsionada a la cámara, estaba en shock, no sabía si lo que veía era real o falso, pero tenía todo para ser muy real, tenía una prueba que la noche anterior había tenido sexo oral con el Claudio, una parte de mi quería morir y la otra también por no acordarme de tan maravilloso logro, o sea no tenía razones para vivir.

Deje mi celular a un lado y me tape el rostro con la almohada, había cometido un gran error, no quería ni imaginar que el resto se haya enterado de lo que hice, me sentía totalmente avergonzado, mire de reojo a Claudio que seguía tan dormido como siempre, sabía que debía irme antes que se levantara, por lo mismo me levante con sumo cuidado, para mi fortuna mis pantalones estaban intactos, por lo que no era posible que hubiéramos llegado más allá, solo me metí su pene hasta la garganta, pero nada más.

Logré salir de la pieza sin hacer mucho ruido, al caminar me di cuenta que estaba en el segundo piso, al bajar las escaleras me encontré con el desastre que habíamos dejado la noche anterior, no se veía a nadie por ningún lado, así que para no perder tiempo me puse a ordenar un poco, así cuando el Mauri se levantara le diría que me iría, porque no me atrevía a buscarlo por las piezas y ver donde estaba durmiendo.

Un ruido me sobresaltó, pero era el Mauri que había botado una botella, estaba sin polera, pero ese detalle no hizo que me desconcentrara, al contrario, pude mirarlo solo a la cara sin ningún problema.

- Que haci’ despierto tan temprano, yo te hacia muerto todavía – dijo
- No podía seguir durmiendo me duele caleta la cabeza – respondí.
- Has ordenado harto, yo sigo no importa – dijo
- y los demás – consulté
- Deben ir camino a la pega ahora – dijo
- No los escuche cuando se fueron – dije
- No se quedaron, se fueron anoche cuando todos morimos pidieron un uber y se fueron, solo se quedaron el Claudio, tu y yo – dijo
- no me acuerdo de nada – reconocí a media
- Yo solo me acuerdo de que a penas puse la cabeza en la almohada me quedé z – dijo.

Seguimos conversando, no note nada raro en él, por lo que intuí que no sabía nada de lo ocurrido anoche, ni escucho nada, esperaba que mi intuición fuera buena, terminamos de ordenar todo muy rápido, así que apenas pude le dije que me iría a descansar a mi casa, él no se negó ya que quería seguir durmiendo, por lo que tome todas mis cosas y me despedí de él, mi salida fue rápida, era una ventaja que el Claudio tuviera un sueño pesado (muy pesado), ahora mi estado deplorable no quería enfrentar nada.

Al llegar a mi casa revise mi WhatsApp me di cuenta que el último mensaje que mande fue al Claudio y era nada más y nada menos que el video, tenía los dos vistos azules, por lo que lo había visto, me quería morir, me daba mucho nervio tener que enfrentarme a él en la pega.

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El sábado llegó rápido, me desperté con cero animo de llegar al trabajo, el único día que había tenido de descanso en la semana fue un desastre, como si el mundo conspirara para el inminente encuentro, llegué con 20 minutos de anticipación al trabajo, por lo que decidí simplemente encerrarme en un baño para hacer la hora.

Cuando llegue al punto de ventas, como ya era rutina pase saludando a todos los demás promotores, todos los chicos me tiraron tallas relacionadas a la noche de la llamada “junta piola”, que de piola no tuvo nada.

- La carita – fue todo lo que me dijo el Mauri
- Creo que aún tengo caña – respondí, a lo que Tomás que estaba cerca se rio
- Cuéntalo como chiste, mira que yo estoy igual – reconoció el Mauri.

Estaba por irme a mi lugar de trabajo cuando veo a Claudio acercarse a donde estábamos conversando, mi corazón latió con fuerza, me dieron ganas de incluso vomitar, al verme su expresión era seria, no podía predecir nada a simple vista.

- Buena Camilo, pensé que estabas muerto – dijo el con una extraña sonrisa en la cara
- Yo igual pensé que iba a morir, pero sobreviví – dije tratando de sonar gracioso.
- Ahí viene el jefe de piso así que vamos antes que nos reten – dijo Tomás.

Partí a mi lugar de trabajo, sentí que Claudio no me quitaba la mirada de encima, era algo raro, no dejaba de sentirme incomodo, no quería que las cosas se tornaran de esta manera, de igual forma no tendría que soportar mucho ya que solo me quedaban ese fin de semana y el siguiente y al fin podría decir hola vacaciones y bienvenido seria mi querido sur junto al Seba.

El día paso rápido, a la hora de la colación intenté no coincidir con Claudio, pero fallé, al llegar al casino lo encontré sentado junto al Mauri y el Héctor, no podía simplemente sentarme en otro lado, ya que ellos me vieron primero. Caminé en dirección a su mesa y aunque había un lugar vacío al lado de Claudio, tomé el que estaba al lado del Héctor, aunque fue mucho peor porque quedábamos frente a frente.

- Cresta, se me olvidó la billetera en el casillero – dije al rebuscar entre mis cosas, ahora tendría que perder aún más tiempo del almuerzo para devolverme a buscar plata.
- ¿No trajiste almuerzo? – consultó el Mauri.
- No, ayer no tenía ganas de cocinar – dije
- Pero tu vieja no hizo nada – interrogó Claudio.
- No, estoy solo, ella se fue al sur con mis hermanos – comenté
- En que esta que no se saca la casa malparido – me dijo Héctor con su característico acento.
- No lo había pensado – dije
- Toma – dijo Claudio tendiéndome algo de plata, a lo que lo miré de forma interrogante – para el almuerzo, después me lo devuelves, porque si vas al casillero te vas a demorar caleta – comentó.
- Dale, gracias te pasaste, cuando bajemos a la tienda te lo pago – dije siendo de lo más normal frente al resto, me paré a comprar un menú, por suerte había comida rica, al volver a la mesa había alguien más haciéndonos compañía, era una niña estupenda, estaba sentada al lado del Claudio, era rubia, no se veía muy alta, pero con una piel perfecta, pensaba que era una promotora mas que no conocía, pero me equivoque rotundamente, al parecer había pasado por alto un grandísimo detalle, y todo me quedo más claro cuando vi el beso que le dio al Claudio. Como se dice en la jerga, NEGRA, si como lo lean negra quedé. En retrospectiva, nunca le pregunté a ninguno de mis compañeros si estaban pololeando, ellos sabían de mí, pero nunca les devolví la pregunta y creo que eso fue un error fundamental, ahora sentía un cargo de conciencia superior. Tomando mi bandeja con la comida volví a tomar mi lugar.

- Toma – dije tendiéndole el vuelto al Claudio, el cual recibió el dinero sin hacer contacto visual conmigo – gracias y después te devuelvo la plata – dije
- No te preocupes – fue todo lo que dijo.
- Camila, mira este es tu tocayo Camilo – dijo el Mauri a modo de presentación, algo que debería haber hecho su pololo, pero el solo estaba centrado en comer y prestarle atención a Camila.
- Hola – me dijo de manera amable.
- Hola, un gusto – dije correspondiendo a su amabilidad.
- ¿Eres nuevo? – quiso saber
- Ni tanto, vengo solo los fines de semana y llevo ya harto tiempo – respondí
- Ah dale, es que yo no vengo mucho los fines de semana – dijo

Era tan simpática que, aunque quisiera odiarla por algo no lo lograría y ahí mi sentimiento de culpa creció exponencialmente, había hecho algo terrible con el Claudio, ojalá el tema entre nosotros no se tocara nunca, hasta ahora los dos lo ignorábamos, y quería que así siguieran las cosas.

Terminamos de comer, pero no nos levantamos ya que la conversación nos atrapo, hablando de mil temas, pero mi mente nunca dejo de pensar en lo tonto que fui, esa junta piola me dejo la gran enseñanza de nunca mezclar copete, y nunca más ir a tal exceso de no recordar nada porque simplemente no podía confiar en quien era yo en ese estado.

Antes de volver a trabajar pase por mi casillero a buscar la plata para pagarle al Claudio, un lado de mi ser quería verlo, aunque sea un rato más de cerca, pero la parte racional me decía que no hiciera nada de lo que después me pudiera arrepentir.

- Gracias Claudio, te pasaste por lo del almuerzo, aquí está la plata – dije pasándole el dinero que él me había prestado.
- No Camilo, no te preocupes, tómalo como un regalo de un amigo – dijo, a lo que negué inmediatamente.
- No Claudio definitivamente no puedo aceptar eso – dije
- No seas porfiado, además que tanto es solo un almuerzo – respondió.
- Toma la plata Claudio o te la dejo en la mesa – respondí refiriéndome al mesón donde habían celulares.
- Camilo, podríamos discutir de otra cosa en vez de esto y dejar de hacernos los tontos – me respondió, inmediatamente me quede sin palabras.
- No es el momento – dije
- Si, lo sé, pero no sé cuándo sea el momento adecuado – dijo
- Quizás solo debamos olvidar y hacer un borrón y cuenta nueva, y aquí nada paso – dije
- Te parece si nos juntamos a la salida de la pega, hablamos en el mall, es un lugar neutro – dijo
- No, no quiero – dije
- Mira, hablamos o si no, no te recibo la plata del almuerzo, tú eliges – dijo
- Bueno, está bien pero no es una buena idea – dije – a la salida nos vemos, pero será solo un rato porque como estoy solo no puedo llagar muy tarde o me violaran o asaltaran y tú serás el culpable – dije
- Del asalto no, pero por la violación podría responder – dijo riendo, lo que a mí no me causo mucha gracia – Que eres serio, si solo lo dije para romper el hielo – se defendió.
- Ya me voy antes que tu mente diga más cosas brillantes – dije, el aceptó el dinero sin rechistar, era un gran manipulador, un alto, moreno y hermoso manipulador.

Estuve todo el resto del día algo intranquilo, en el horario del break, que era un pequeño descanso de media hora, le pregunte a todos de manera muy sutil a qué hora saldrían, así me enteré de la hora a la que saldría Claudio, para no topármelo.

Cuando el reloj marcó dos minutos para las 21:00 hrs subí velozmente a buscar mis cosas, sinceramente me estaba acojonando, no sabía porque tenía tanto miedo de dar la cara a un asunto que para algunos podría ser tan fácil de resolver, pero el tan solo hecho que mi compañero de trabajo quisiera una conversación más a fondo me ponía los nervios de punta, por mi parte sería feliz solo olvidando todo lo ocurrido, pero al parecer esto no era una opción para él. ¿Quién entiende a los heteros? – Si aquí necesito su más honesta opinión, porque es una duda existencial que tengo –

Al llegar a portería a registrar mi retiro me encontré con Claudio sentado, no sabía cómo había llegado antes que yo, no se veía a los demás por ningún lado así que para pasar más piola registré mi salida y fui a tomar el ascensor, escoltado de cerca por Claudio. Al estar fuera de la tienda no tenía claro donde seguir, así que simplemente me pare esperando que él me guiara a algún sitio.

- ¿Qué pasa? – Preguntó al ver que me detenía.
- ¿Dónde hablaremos? no conozco mucho este mall – informé.
- Mira, vamos que conozco un sector donde podremos hablar cómodos – dijo mientras tomaba rumbo hacia un sector de áreas verdes. No caminamos tanto, solo doblamos un par de veces hasta llegar a unos pastos bastante piolas.
- Tú dirás de que quieres hablar – dije pareciendo seguro, pero ya sabrán que lo mío son solo las apariencias, porque de seguridad ni hablar, quizás debería ser actor, porque estaba intuyendo que no se me daba tan mal.
- Tú sabes de que quiero hablar, te has estado haciendo el tonto todo el día, el otro día cache como te arrancaste de la casa del Mauri, igual todo esto ha sido ciático para mí, y te agradezco que seas piola y no se lo dijeras a nadie… - lo interrumpí.
- Si estamos aquí porque tienes miedo que le diga a alguien lo que paso, nos podemos ir porque jamás comentaría acerca de esto con alguien de aquí, soy muy piola y si bien me mostré bastante abierto con ustedes, ir más allá es otra cosa, se y tengo muy claro que todo fue un error de curados y no tengas miedo que jamás delataría lo que hicimos, además no me acuerdo de mucho porque había tomado caleta – dije, tenía que dejar claro que no hablaría nada, si era lo que le molestaba estaba claro que ya seria tema zanjado.
- En parte si quería hablar de eso y bacán que sea así – un silencio se provocó entre nosotros, yo por mi parte no tenía nada más que acotar, sentía que todo lo que tenía que decirle fue dicho – yo me acuerdo de todo – dijo de pronto.
- ¿Cómo? – dije algo incrédulo.
- Si Camilo, me acuerdo de todo lo que hicimos esa noche y aún tengo el video, no he podido borrarlo, como que me en parte me gustó – la conversación se tornó algo peligrosa para mí, sabía que podía venir, y la verdad no tenía ganas de seguir con esto, esta historia era algo repetida y con un final obvio, así que activando todas las alertas dentro de mí, sabía que tenía que salir del paso.
- No sé a dónde quieres llegar Claudio – dije
- Camilo, me gustaría volver a repetirlo – confesó – Al menos una vez más, no sé porque no he dejado de pensar en esto y te soy sincero no sé qué tienes pero no puedo dejar de pensar en ti, no es que este enamorado ni nada, es algo raro, veo a cada rato el video y me excita caleta – una cierta tensión cubrió el lugar donde estábamos, cualquiera en mi situación estaría feliz (y se los aseguro que sí, con el minazo frente a mi), pero sentía que por cómo era él en general y con lo poco que podía brindarme terminaría enganchándome de Claudio y otra vez roto, así que apagando las llamas de mi interior simplemente trate de ser frio con mis sentimientos.
- No creo Claudio, pensando en mí no creo que esa sea la mejor opción, tú tienes polola y es una niña muy buena que no se merece esto, si hubiera sabido de su existencia antes a lo mejor nada hubiera pasado, hoy me sentí muy culpable por todo – dije
- Lo sé y créeme que yo amo a mi polola pero esto es algo distinto, por eso solo quería volver a repetirlo y no se intentar algo más – continuo diciendo
- Por lo que dices no me queda claro que la ames, si lo hicieras no buscarías esta clase de webeo, eso no está bien, pero no me meteré en temas de tu relación yo solo te puedo decir que no, por ahora paso, eres muy guapo y todo, y si a lo mejor fuera más inexperto ahora mismo estaría haciendo lo que me pidieras, pero tengo algo de experiencia en esto y no quiero enrollarme más de lo que puedo – dije
- Dale lo entiendo, así que bueno, entonces al menos tan amigos como siempre – dijo dándome la mano, la acepte sin rechistar
- Si obvio, borrón y cuenta nueva – termine de decir. Vi la hora de mi teléfono y era tarde – cresta me tengo que ir, es muy tarde
- Si vamos, pero no te preocupes, pediré un Uber – dijo
- No, no puedo ando con lo justo – confesé
- Te dije que yo lo pedía, te pasamos a dejar a tu casa y luego me voy a la mía, yo lo pago – dijo
- Lo acepto solo porque es muy tarde y si me voy en la micro es un suicidio – sentencie.

Mire a mi alrededor y no había nadie, ni siquiera sabía si el mall ya estaba cerrado o no, sentí que a lo mejor y hasta estábamos encerrados, él se levantó rápidamente y me tendió una mano para ayudarme, antes de siquiera poder asimilarlo y aprovechando el impulso de cuando me levante Claudio me arrinconó en la muralla, y sin poder calcular sus acciones me dio un beso, no lo esperaba, no estaba entre los planes y atribuido a la sorpresa es que pienso que no tuve reacción más que corresponder, porque siendo sincero uno lo que menos espera por la vida es que hombres te roben besos, a mi parecer eso no se da ni en los mejores sueños eróticos de cada uno de nosotros, pero ahí estaba yo arrinconado por un hetero, sucumbiendo a todo lo que dije anteriormente… que grandísimo estúpido y fácil soy :c

- ¿Qué haces? – dije despegándome de él.
- Solo quería asegurarme de que tú no lo quisieras repetir y saber que se sentía – dijo aun cerca mío, podía sentir su erección pegada a mi pierna y eso no ayudaba a mi concentración y para ser sincero, muy sincero, eso me excito y podía sentir como el momento se calentaba, lo reitero soy tan fácil.
- Como un beso, creo que así se sintió, no es muy diferente si cierras los ojos – dije intentando ser irónico
- Si, fue solo como un beso – dijo
- Era obvio no crees, no es como si al besarme se te caerían los labios o algo parecido, pero no lo vuelvas a hacer – dije, mis palabras fueron menos creíbles que los próximamente del Borja (NOTA***)
- y si no quiero – dijo desafiante.
- Vas a tener que querer no más, además es tarde tenemos que irnos – dije con algo de cordura que aún me quedaba.

Logré zafarme de su agarre y tomar distancia, lo cual era algo que necesitaba, el tomo su celular y vi como escribía algo, para luego consultarme mi dirección, sin perder más tiempo se la di, no hablamos mucho hasta que llegó el Uber, para mi sorpresa pillamos una salida del mall, nos subimos ambos en la parte trasera del auto, el chofer era muy simpático y nos fue metiendo conversa todo el camino.

- Camilo, necesito ir al baño, ¿puedo pasar al tuyo? – preguntó Claudio.
- Si, obvio que si – dije, como le iba a decir que no, sería muy desubicado.
- Bacán, porque no sé si alcance a llegar a mi casa – dijo con total desinhibición.

Llegamos a mi casa, yo pensaba que pasaría y volvería al Uber, pero no el solo pagó el trayecto a mi casa diciéndole al chofer del Uber que hasta ahí no más llegaríamos, no quise decir nada, no quería sonar descortés además el pagó la cuenta y ya me sentía mortificado por eso. Pasamos a mi casa y le dije dónde estaba el baño al cual el entró casi corriendo, por mi parte fui a mi pieza a dejar mis cosas para volver, cuando llegué el venía saliendo del baño.

- Gracias camilo te pasaste, te juro que casi me meo en el Uber – dijo riendo
- Te creo totalmente – respondí, quería decirle que se fuera ahora, pero no quería ser grosero – quieres algo para tomar – consulté.
- Te pediría una chela, pero con agua me conformo – respondió
- te diré un secreto, como mi mamá y mis hermanos no están me compré un six pack el otro día, me siento todo rebelde por hacerlo así que, si tengo chelas heladas, te daré una antes que te vayas – dije diciendo de manera sutil que se fuera, pero al parecer el no captó la indirecta.
- Buenísima, esta bacán tu casa – dijo mirando el alrededor y cambiando de tema.

Fui hacia el refrigerador y saque dos latas de cerveza, le tendí una a él y la otra era para mí, no sabía muy bien cómo actuar, sería muy fácil decirle que se fuera, pero me daba vergüenza ser tan poco cortés.

- Toma, yo me tomo esta y me duermo porque estoy muy cansado – dije, volviendo a ser algo sutil respecto a su compañía.
- Si quieres me voy – dijo
- No te estoy echando aun – dije riendo – tomate la chela y ahí te largas – dije volviendo a reír, tirando como talla algo que quería fuera verdad.
- Ya si cache que quieres que me vaya, pero me tomo esto y me voy – dijo.

Prendí la televisión y dejé algo al azar, mientras hablábamos de cómo había estado el día en el trabajo, su compañía al pasar de los minutos se hizo cada vez más amena, sentía que estábamos en un ambiente de confianza y buena onda, así que a mi cerebro como se le ocurren cosas geniales y autoriza a mi boca a hablar cosas tontas la mayoría de las veces, esa noche no hizo la excepción y simplemente hizo lo suyo.

- Podríamos ver una película, aunque igual es tarde – dije viendo la hora, faltaba poco para la media noche y no había preparado nada para mañana, así que otra vez no llevaría almuerzo y tampoco tenía visto mi outfit del día, así que por lo visto si veía la película sería un día de improvisación.
- Si, yo quiero ver una película de hace tiempo, yo tengo Netflix – me comentó
- Yo igual, eso si no tengo mucho de cosas para picar, creo que a lo más unas galletas de hace años – dije.
- No importa, si es ver la película no más – dijo.
- Ya, vamos a mi pieza que ahí tengo la tele conectada a Netflix – sonó como si fuera una propuesta a algo más, pero les juro que solo quería ver la película y nada más, no con esa otra intención que cuando te invitan a “ver películas”.
- Dale, te sigo porque no se cual es – dijo

Lo guie a mi pieza y le dije cómo funcionaba todo, así mientras él elegía alguna película para ver yo fui a la cocina a ver que tenía para comer, me encontré con dos tarros de papas kryzpo, lo que sonaba como ideal, lleve las últimas dos cervezas que me quedaban, creía que con eso estábamos.

Al llegar lo encontré sentado a los pies de mi cama con la película pausada, deje las cosas que había traído sobre mi velador, tome mi pijama, no encontré apropiado desnudarme frente a él, así que lo tome y lo lleve para vestirme en el baño, no me demoré mucho, el seguía donde mismo esperando pacientemente.

- Ahora sí, es que estoy seguro que me quedaré dormido – dije riendo.
- No creo, esta película es buenísima – dijo mirando la pantalla.
- Dale, ponla no más, yo me voy a acostar, si quieres te puedes recostar al lado mío, así es más cómodo y mi cama es amplia – dije metiéndome entre las sabanas.
- bueno, pero no te incomoda – consultó
- no para nada, así además puedes alcanzarme las cosas que traje – me reí, él se levantó y trajo consigo las cervezas y las papas.

La película comenzó, no era algún estreno ni nada por el estilo, era el señor de los anillos, una película que había visto y en lo particular me gusta toda la saga completa, así que simplemente nos remitimos a verla, de vez en cuando lo miraba de reojo, aun llevaba su polera típica de Huawei.

- Si quieres te puedes sacar las zapatillas, debes tener los pies para la embarrada – dije
- Mejor que no – dijo riendo
- ¿Por qué? – pregunté
- Porque después de estar todo el día parado en la tienda y caminando mis pies mueren en todo sentido – dijo provocando mi risa, era algo que a cualquiera le podía pasar, de hecho, a mí me solía ocurrir, aun con kilos de talco en los pies así que para su comodidad no quise insistir.

Pasada una hora de película mis ojos se cerraban solos y solo quería dormir y así lo hice, me quede dormido, no sabía muy bien qué hora era cuando volví a abrir los ojos pero definitivamente la película había terminado, desorientado busque a mi alrededor y me encontré con Claudio dormido a mi lado, roncaba muy bajito, como si recién estuviera cayendo en un sueño más profundo, me dio lata despertarlo, así que simplemente apague la tele y lo tape como pude con mis sabanas, le saque sus zapatillas, estaba en eso cuando abrió sus hermosos ojos.

- Me quede raja – comunicó - ¿Qué hora es? – preguntó. Mire el reloj de mi mesa de noche y marcaba un poco pasado las 02:00 AM.
- Son las 02:10 de la mañana, es tarde, yo creo que es mejor que te quedes a dormir si ya es muy tarde para que vuelvas, así te ahorras el Uber – le dije
- Bueno y gracias Camilo por no molestarte que sea tan pegote – dijo riendo y algo adormilado.
- No me enojo porque no soy enojón, y mira tengo esto para pasarte y puedas estar más cómodo – camine a mi closet y le pase un pantalón corto de pijama y una polera – Puede que te quede corto porque eres más grande que yo, pero al menos dormirás mas cómodo – sentencie.
- Gracias, me lo pongo altiro – dijo

Sin ningún tipo de tapujo se deshizo de su polera y pantalones, los dejó ordenado en una silla que tengo en la pieza, paseándose solo en su bóxer tomó la ropa que le presté y se la puso, no pude evitar mirarlo completamente, no tenía un abdomen musculoso, pero si plano y con algo de vellos, algo que siempre me ha encantado.

Luego de eso nos acostamos en mi cama, mi corazón latía fuerte en mi pecho, era algo inevitable, de pronto una repentina excitación tomo lugar en mí, sabía que si me movía un poco nuestras piernas se tocarían o si movía mi mano podría tocar su brazo o su abdomen, era todo cosa que yo quisiera. Me encontraba en mi debate mental sobre que podía y no hacer, hasta que siento como su mano encontró la mía por debajo de las sabanas, sin decir nada sentí como me guiaba a otra zona, hasta que aterrizó en su dura entrepierna, el dejó en libertad mi mano, pero no fui capaz de sacarla, sino que, todo lo contrario, le di un ligero apretón. A esas alturas mi cordura había cedido y simplemente me estaba dejando llevar por mis más bajos instintos.

Aun sin mediar palabras comencé a acariciar su erección sobre la ropa, el solo respiraba de una forma pesada y quejumbrosa cuando lo apretaba más y más, sin embargo, no avance más allá de eso, él percatándose que solo lo tocaba por encima se bajó el pantalón que le había prestado y su ropa interior, haciendo que mis caricias ahora fueran piel contra piel, recorrí con mi mano su erección, acaricie sus testículos, el por su parte solo se entregó a mis caricias, no sabía si lo que hacía era lo correcto, pero ya era tarde y había sucumbido, ya no era capaz de dar pie atrás y realmente tampoco sabía si quería arrepentirme después. Me acerque más a su cuerpo, él puso su brazo bajo mi cabeza haciendo que recostara mi cabeza cerca de su pecho, en esa posición pude intensificar el movimiento de mi mano dándole una paja de aquellas, el solo gemía, entregado totalmente, moví mi mano más rápido, estimulando su glande con mi dedo pulgar, su caderas comenzaron a moverse al compás de mi mano, sabía que no duraría mucho bajo ese ritmo, mi brazo comenzó a doler, pero no fue impedimento para seguir dándole placer a Claudio. Un gemido salió de su boca, para posteriormente sentir la calidez de su liberación cubrir mi mano, había alcanzado un potente orgasmo, siendo audaz, me atreví a probar su semen, bajo la oscuridad de mi cuarto no sé si él se percató de este acto. Me levante y fui al baño por papel higiénico, me lave mis manos y volví a mi habitación. Claudio se limpió frente a mi sin tapujos y se acomodó la ropa nuevamente.

- Con esto me dejas claro que si quieres volver a hacer más cosas Camilito – dijo cerca de mi oído cuando estábamos de nuevo acostados.
- Por esta noche no más – dije – fui débil, pero al menos espero lo hayas disfrutado – dije
- Me encantó, pero quiero hacértelo – comentó.
- Eso será más complicado – dije – Al menos esta noche no pasará – dije
- Pero me gusta saber que pasara entonces – sentencio. Por la boca muere el pez y el hablar sin pensar nuevamente me pasaba la cuenta.
- Mejor durmamos que ya es tarde – dije
- Buenas noches Camilo duerme bien – dijo pasando una mano sobre mi cintura, casi como si fuera una cucharita, pero sin estar tan apegados.
- Buenas noches – le dije también.

******************-*******************

Mi alarma estaba configurada a las 08:30 AM para alcanzar a hacer todo antes de irme al trabajo ya que entraba a las 11, así que a penas escuche el sonido estridente, lo apague, la calidez de los brazos de Claudio rodeándome me causo algo, debo confesarlo, así que sin perder tiempo me levanté, el por su parte solamente se removió, aproveche de ordenar todo, puse la mesa para que tomáramos desayuno, incluso me bañé, todo en media hora, pasado las 09:00 decidí que era hora de despertar a mi invitado sorpresa.

- Claudio despierta – dije moviéndolo, el solo se giró ignorándome – vamos a llegar tarde al trabajo si no te levantas – informé
- Si ahora me levanto – respondió enterrando su rostro en mi almohada.
- Si quieres puedes bañarte – dije
- Bueno – fue todo lo que dijo

Tras batallar con el pudimos tomar desayuno y salir a la hora justa para llegar al trabajo, no podía negar lo raro que era todo, Claudio se veía como el hombre perfecto, no solo físicamente, si no como persona, era preocupado, simpático, divertido y mil cualidades más, algo que me preocupaba mucho, porque sabía lo que podría significar para mí, por lo que sabía también que debía tomar distancia antes que lo lamentara sobre todo después de lo vivido anoche, que lo hice a plena conciencia y con ganas.

Llegamos al trabajo y nos separamos para ir a nuestros respectivos lugares, toda esa mañana me sentí raro, sabía que no estaba haciendo bien las cosas, desde ya estaba mezclando las cosas otra vez y sabía a ciencia cierta que al final nuevamente sería el perdedor en todo esto.

Era la hora de almuerzo y en todo el día no había visto a Claudio, tampoco era como si sintiera la necesidad de hacerlo, pero después de lo vivido la noche antes creí que las cosas serían distintas entre nosotros, al llegar a comer al casino a mi hora típica, me topé con los compañeros de siempre, solo que Claudio no estaba.

- Hola chiquillos ¿cómo están? – Saludé a todos en general - ¿Salieron solo ustedes? – dije de forma sutil
- Si – dijo el Mauri – el Tomás tiene libre hoy día y el Claudito cambio su horario de colación para salir después con su polola, es más macabeo – finalizo riendo.
- Ya lo creo – dije.

Esa tarde comí pensando en lo tonto que era, y como sabiendo en las cosas que hacía simplemente me importaba una mierda repetir los errores mil veces, cuando aprendería a que el webeo es webeo y que confundirlo con algo más era una falta a las reglas de ese juego.

La hora del Break llegó, esta vez salí a mi horario correcto, para mi sorpresa ninguno de los chiquillos estaba ahí, habían pasado solo cinco minutos cuando vi pasar al Claudio y su polola para sentarse en el sillón, pasaron a mi lado solo saludando con una sonrisa por parte de ambos, de reojo veía como se acurrucaban y besaban, mi estómago se estrujo en reconocimiento, ahí no me cayó duda del papel que jugué, solo una distracción, el segundo en cuestión y no les mentiré a ninguno de ustedes que dolió, no porque ya amara al Claudio, sino que me bajó una amargura al pensar que ese a lo mejor sería mi destino, ser simplemente de interés para un objetivo en específico y una vez que ya cumpliera con ella fuera algo desechable, con la cabeza plenamente perturbada me fui de la sala de descanso al pasar por su lado con mis dotes actorales les di una sonrisa falsa que no la sentí por ningún lado, pero quería ya salir de ahí.

Ese día me sentía pésimo, así que le pedí permiso a mi supervisor para irme un poco antes, como él me tenía buena me dejó salir media hora antes, peor era nada así que aproveché eso para desconectarme e ir a mi casa a recuperar sueño.

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El miércoles tras salir de la practica quedé en juntarme con el Seba para así conversar y pasar la tarde, esta vez nos juntaríamos en mi casa aprovechando que mi familia no estaba, el llegó justo a la hora que le había dicho, hace semanas que nos veíamos, pero si hablábamos constantemente, sabía que verlo me haría bien.

Pero antes que todo, y sin decirnos nada nos entregamos al momento, no fue necesaria ninguna orden para que el se apoderara de mi cuerpo, sus labios y los míos fueron uno solo, su lengua acariciaba tan bien la mía que me hacía sentir un éxtasis sin igual. No fui consiente de como el Seba me guio hasta el sillón y me sentaba para que así quedara a la altura correcta para tomar su pene en mi boca, sin perder tiempo lo libere de la ropa que estorbaba mi camino hacia su erección.

Lo tomé tan profundo a él le gustaba, con la experiencia ya sabía lo que lo enloquecía, y las gargantas profundas eran la debilidad del Seba, al realizar esta acción, sus caderas tomaron vida propia y embistieron tan profundo como pudieron, reprimiendo las arcadas intenté soportarlo lo más que pude, si bien no fue mucho, bastó para encenderlo aún más. Le practique sexo oral hasta que mi mandíbula dolía, así que me levante despojándome de mi ropa, luego me puse en cuatro sobre el sillón, el Seba en vez de penetrarme inmediatamente lamio mi trasero dándome un espectacular beso negro, su lengua jugo en mi entrada de tal manera que me entregue por completo, sus dedos se abrieron camino en mi para dilatarme, no fue necesario tanto juego previo, ya que unos segundos después tenia al Seba haciendo presión con su pene en mi culo, no capté en que minuto se puso en condón, pero toda duda o pensamiento anexo se fue al tarro de la basura cuando entro por completo en mí, ahí solo me dominó el placer, movía mis caderas al compás de sus penetraciones yendo al encuentro de su pelvis cuando su pene salía de mí, sentí como el orgasmos se acercaba y sin negarlo solo me dedique a sentirlo, sin duda la necesitaba y fue esplendido, el Seba siguió penetrándome hasta que se quedó quieto en mi interior diciéndome que había acabado también.

El me sonrió mientras se sentaba mi lado en el sillón despojándose del condón usado, sin duda el Seba se había convertido en alguien muy cercano y momentos así eran los que atesoraba de nuestra amistad.

Nos limpiamos y vestimos un poco, comimos algo, en todo momento tras nuestro encuentro tan íntimo sabía que el Seba tenía algo que decirme, lo conocía y sabía que algo lo inquietaba, pero no quería presionarlo, pero mil ideas se me ocurrían, desde que no quería verme más, hasta que se iría a china.

- Camilo, tengo algo que decirte – dijo finalmente
- Dime no más, sabes que te escucho – respondí.
- Tú sabes que estoy en algo con una compañera de la pega – comentó.
- Si lo sé – dije más serio.
- La cosa es que ella se consiguió unos viajes para el norte, son para la ruta del desierto y yo no conozco para allá, y ella me invitó y no pude decirle que no – dijo
- Que buena Seba me alegro caleta, dicen que para allá es bien lindo, de hecho, te había dicho que tenía muchas ganas de ir para allá y también para la carretera austral del sur, espero un día poder conocer ambas partes – comente algo emocionado por él.
- Si, gracias camilo, por eso mismo no podré ir contigo al sur, espero lo entiendas, podremos ir en otra fecha para allá, pero al norte no creo que se me de otra oportunidad – dijo, no pude evitar sentirme mal, el viaje lo había planeado con tanta cautela, que incluso había trabajado en el mall por eso mismo, me había matado por esto, pero al ver su cara de emoción por el otro viaje, no podía decirle algo malo.
- Pucha que lata Seba, pero no te preocupes podemos ir otro día, solo pásalo bacán por allá, mándame fotos y por sobre todo tráeme un recuerdo, aunque sea sal – dije con una sonrisa en mi cara, pero con una gran pena interna.

Esa noche el Seba se fue como siempre, logré transmitirle que nada estaba mal y que esperaba su viaje fuera excelente, pero esto no ayudó para nada en cómo me sentía realmente, él sabía todo lo que estaba haciendo por los días que nos tomaríamos para ir al sur, que no pude evitar sentir una cierta nostalgia, yo mismo le había dicho al Seba hace mucho tiempo atrás que lo nuestro nunca funcionaria, y no me sentía mal porque conociera a alguien, sino por el hecho de dejarme botado a último momento, eso sería algo que yo jamás le haría a un amigo, porque aunque me ofrecieran algo mil veces mejor, si ya estaba comprometido a algo con alguien importante para mí, no lo dejaría solo jamás.

Con lo sentimental que soy, no les mentiré que esa tarde solté algunas lágrimas, porque me sentí tonto, al final y al cabo el Seba no le dio tanta importancia al viaje como yo, él sabía que no lo llevaba a cualquier sitio, ese lugar para mi representaba mucho, además le comenté el esfuerzo que estaba haciendo para juntar plata, y aun así me dejó abandonado.

Volví a sentir la sensación que siempre sería el segundo, que no tenía nadie que velara o del cual sería la primera opción, el Seba con su acto me lo había enrostrado nuevamente, escogiendo a quien era su conquista de turno, por sobre mí, que había estado con él desde hace ya bastante tiempo, sé que más de alguno dirá que yo fui quien no le dio una oportunidad al Seba para que estuviéramos juntos en su momento y porque me quejaba ahora, pero la respuesta es fácil, por como es el no hubiéramos durado ni un mes.

Tirando la esponja definitivamente, como ya no necesitaba tanta plata decidí esa misma noche que no valía la pena matarme en el mall, me quedaría solo con la práctica, en total solo sería yo, además así me alejaría cuanto antes de otra gran tentación.






(NOTA***) Solo es una humorada XD, espero nadie se enoje, como ya lo dije alguna vez o si no lo dije lo digo ahora, soy un fan de todos estos relatos y aun espero su regreso :(






**********************


HOLAAAAAA :)
Aquí estoy nuevamente escribiendo algo de lo que me ha pasado hasta ahora y la verdad es que requiero de su mas sincera opinión frente a todo, no se guarden nada, realmente ahora lo necesito, los habia extrañado, no mentire y desde que deje de escribir he tenido mas tiempo, pero también se habia hecho una costumbre que no fue facil de dejar. 

nuevemente muchas gracias por leer mi historia y sobretodo a quienes me dejan sus opiniones y sabios consejos, asi que nada besos y abrazos para todos :D

Saludos...

P.D: espero sus comentarios aunque sean para destruirme, no importa igual los aceptare jajajaj :c
P.D. 2: Espero que nadie se enoje por alguna pequeñita mencion que pude haber hecho pero no lo pude evitar jajajajaja en fin no fue en mala onda, si no todo lo contrario. 

Eso, bai los quiero jajaja XD

miércoles, 10 de enero de 2018

13. La Verdad por Delante.

Desperté con un zumbido en la cabeza y un dolor palpitante digno de la más grande resaca de la historia, como siempre recordaba todo lo vivido anteriormente, miré a mi lado y ahí estaba el Seba dormido como un tronco, sabía que estaba dormido profundamente aun porque un ligero ronquido salía de sus labios delatándolo, el silencio reinaba en la casa, así que asumí que todos dormían. Me levante sin hacer mucho ruido, efectivamente no había nadie por ningún lado, arregle mis cosas y me di una ducha esperando que esto pudiera reponerme, me sentía pésimo, ni hambre tenía porque de solo pensar en comer se me revolvía el estómago.

Salí de la ducha y me vestí, mientras el agua caía por mi cuerpo una idea nació en mi mente y quería aprovechar que todos dormían para escaparme un rato, tomando unas llaves salí de la casa con mi celular y los audífonos puestos, sabía que nadie se levantaría en un buen rato más, así que tenía tiempo para lo que quería… Pensar. Puse en mi celular una canción cualquiera mientras caminaba, salto de inmediato a Chandelier de Sia, amo y amaba esa canción desde siempre, tenía el don de hacerme viajar y transmitirme una gran cantidad de cosas con esa voz y letra desgarradora, digna de la desesperación que alguna vez sentí.  

La casa de nuestro amigo no quedaba muy lejos de la playa así que me bastó solo caminar un rato para llegar a ver las olas y como estas rompían en la orilla del mar, el día estaba despejado, pero corría un viento tan helado que podía calar en los huesos, me senté en la arena, todo estaba tan sereno que irradiaba perfección, sin poder evitarlo rememoré hasta tal punto en el cual perdí por completo el sentido de mi vida, el momento en el que ya no me podía sentir cómodo con lo que hacía, donde sentí que perdí una parte que irremediablemente no volvería a recuperar y debería aprender a vivir adecuándome con lo que tenía, después de todo este tiempo sentí que estaba más repuesto, pero había un sector de mí que sin lugar a dudas no había recuperado, mi corazón, se sentía muy roto y dudaba si en algún minuto podría volver a funcionar bien otra vez, por lo demás tenía otro pensamiento imperante en mi memoria, no podía dejar de pensar en el Pipe y en cómo le debía una disculpa, mi orgullo me decía que él me lo debía, pero yo no era así, tenía que estar bien conmigo mismo, una vez dije que ya lo había perdonado y todo lo que hice simplemente significo un gran retroceso, fue como abrir otra herida que creí cerrada hace mucho tiempo.

Fix you de coldplay sonó desde mis audífonos causando un estremecimiento en mi cuerpo, esa canción había sido una fiel compañera en algunas noches que simplemente no podía dormir y pasado el tiempo y mientras veía la inmensidad del mar me di cuenta que para continuar tenía que de alguna forma sanar yo primero, estar bien conmigo mismo, perdonarme por todo los errores que cometí, poder sentir que di vuelta la página, un nudo se hizo en mi garganta, porque tenía claro que todo lo perdido ya no se podía recuperar, y aunque me costara, un Camilo nuevo debía salir de todo esto, un Camilo quizás un poco más maduro, porque los golpes por duro que parezca sirven de algo, uno no puede darse estrellones contra una misma pared por siempre, al contrario se debe retomar el vuelo y si mi felicidad no estaba ahí, debía buscarla en otro lado.

Con ideas más claras y con una nueva misión me permití volver a la casa, aunque me hubiera gustado poder seguir viendo tan magnifico paisaje por siempre, tenía que irme, mi celular vibró en mi bolsillo, era un WhatsApp de mi amiga Cote.

Cote: Amigo, ya que andas por algún lado ahí afuera, porque no traes pan y algo para echarle, todos tenemos hambre, porfa jajajaja XD
Yo: Si obvio, voy a buscar algo abierto y me voy a la casa altiro, no me demorare nada.

Camine hasta buscar un lugar donde tuvieran pan, para suerte mía y de los demás encontré un negocio donde arrase con casi todo el pan, ya que sabía que seriamos 15 personas hambrientas en la casa. De regreso me topé con el Seba.

- ¿A dónde vas? – Dije cuando se acercó
- Vine a buscarte porque te demorabas mucho y tenemos hambre – dijo riendo
- Es que estaba todo cerrado – contesté – pero encontré algo, menos mal andaba con plata – reí
- Buena – dijo - ¿caminaste mucho? – preguntó mirándome
- Mas o menos – dije – pero todos los negocios cercanos estaban o cerrados o no había pan – el Seba me miro, pero volteo su rostro cuando me di cuenta.
- Estas raro – dijo
- Con caña quizás – dije
- No raro mal, sino raro bien, los ojos te brillan – respondió
- Quizás fue por lo de anoche – respondí con nerviosismo, no sabía que decirle a él, a lo mejor pensaría que soy más enrollado que mina con todas las cosas de mis pensamientos.
- Para que veas que hago bien a la gente – dijo, a lo que me reí.

El me quitó una bolsa de pan ayudándome a llevarla a la casa, no hablamos nada de lo que había pasado en la noche entre nosotros, pero como no era primera vez que estábamos juntos, sabía que no era algo que le carcomiera la conciencia a él. Llegamos a la casa y todos parecían zombis hambrientos. Tras comer y parecer más repuestos armaron el panorama para ese día, la mayoría quiso ir a visitar otros lugares, es así que terminamos recorriendo el Quisco y alguno que otro sector aledaño, Almorzamos en un restaurant de la Zona, como no soy una persona que le gusten mucho los mariscos comí solo un pescado frito, todo estuvo muy rico y el día se nos pasó volando.

Sinceramente no sabía si quisiera seguir tomando en la noche, quería que mi cuerpo se recuperara un poco, pero el resto tenía otros planes para nuestra noche, querían ir en búsqueda de un lugar tipo disco para poder bailar y beber, la idea no me pareció tan mala, solo esperaba que no estuviera muy lejos. Todos nos cambiamos de ropa, quería verme bien así que saqué uno de mis mejores outfits que llevé.

Al final el viaje no termino muy bien, ya que nunca encontramos el lugar, eso si llegamos a un local que se veía bien ameno, compramos algunas cosas, y nos pusimos a disfrutar, un amigo comenzó a hablar con otro grupo de amigos que estaban cercanos a nosotros, no los conocía ni de pelea de perros como dice mi mamá, pero se veían simpáticos, era un grupo numeroso, pero no tanto como el nuestro, al final entre conversa y conversa, ellos nos dijeron que cachaban un lugar, es así que llegamos a algo que parecía disco, no me gustó mucho el ambiente, pero ya que estábamos ahí no me quedaba más que seguir al resto, mis amigas apenas entramos me arrastraron a bailar con ellas, vi como el resto se reía de algo que dijo el Seba, no sabía que era pero no le tome importancia. Rompí plenamente mis propias expectativas ya que nuevamente volví a tomar, en mi defensa debo decir que el bailoteo estaba muy bueno y debía hidratarme un poco con unas piscolas. A lo lejos vi como el Seba bailaba con una chica rubia, estupenda, era de esas mujeres que si se lo propusieran podrían volver lesbiana a cualquier mujer o hacer dudar a alguien si es gay, la había visto en el grupo que se nos unió, pero pensaba que estaba pololeando con uno de ellos, ahora claramente veía que no, sus movimientos eran muy sensuales y el Seba parecía encantado con ella, lo ignoré.

Recientemente había descubierto que con la Cote y la Andrea éramos los reyes de la pista, de pronto pusieron una canción de reguetón antiguo, de ese bailable, ellas gritaron cuando reconocieron la pista y me rogaron para que repitiéramos la performance que teníamos, yo achispado por los tragos que había bebido no me negué a su propuesta, creo que habíamos llamado la atención más de lo que quería, porque no supe en que minuto habían algunas personas rodeándonos, al terminar nos reímos de los que habíamos hecho, la gente que nos rodeaba se dispersó, pero cuando pasó todo me di cuenta que el Seba se estaba comiendo a la rubia y cuando digo comiendo era textual, ella con él, ambos metiéndose la lengua hasta la garganta mutuamente, ambos tocándose descaradamente y mutuamente, desvié la mirada, pero no me sentí mal, si un poco raro, pero me negaba a creer que eran celos, sabía que el Seba era así y nunca cambiaria, un día contigo y al otro si te he visto no me acuerdo, además tenía claro que no podía albergar nada romántico por él, si quería sufrir podría hacerlo, pero si tenía una pizca de preservación no debía sentir nada por él.

Debía disfrutar la noche y eso haría, así que eliminando de mi memoria la imagen que recién había visto me concentré simplemente en seguir bailando con mis dos ángeles, de vez en cuando nos bebíamos algún trago para pasar la sed, no salimos en completo estado de ebriedad del lugar en el que estábamos, pero si completamente sudados, nunca en mi vida había bailado tanto, deje el alma en la pista esa noche y solo quería mi cama para caer rendido.

Llegamos a la casa, algunos quisieron seguir tomando, por mi parte ya estaba knockout, entré al baño y me di una ducha rápida para ponerme mi pijama, realicé todo de forma mecánica, el agua tibia relajo mi cuerpo y solo quería dormir, de hecho a penas puse la cabeza en la almohada me dormí, solo que esta vez en mi cama, la que me correspondía desde el primer momento.

Desperté destruido por la noche anterior, sentía mi cuerpo molido, no me podía mover sin quejarme, era de ese dolor que se siente cuando haces ejercicio después de mucho tiempo, además me dolían las amígdalas, realmente me sentía pésimo. No fui el primero esta vez en despertar y de hecho fui el último en levantarme.

Ese día volvieron a salir en la noche, solo que esta vez me quede en la casa, creo que los demás pudieron ver mi cara de destrucción, por lo que no se negaron a dejarme solo después de muchas insistencias mías, así que solo me dedique a reponer fuerzas para poder seguir disfrutando de los días que me quedaban por delante.

Desperté en medio de la noche por todo el ruido que había en la casa, no tenía dudas que habían vuelto, me gire para seguir durmiendo, hasta que escuché que alguien abría la puerta de mi pieza, no sabía quién era, solo sé que ese alguien encendió la luz, así que o bien podría ser el Diego o el Seba que venía a acostarse, ya no me dolía la garganta así que era un avance en mi recuperación. De pronto la cama se hundió a mi lado como si alguien se sentara, luego sentí un susurro cerca de mi oído mientras yo fingía estar durmiendo.

- Camilo, ¿estas despierto? – dijo la voz del Seba, al no obtener respuesta me movió un poco – Camilo – volvió a decir, mientras que siguiendo con mi actuación fingí despertar recién.
- ¿Qué quieres Seba? – Dije con voz adormilada
- Quería ver si estabas bien no más – respondió, no fue necesario percatarme que se encontraba un poco borracho.
- Si ahora me siento un poco mejor – respondí a lo que el asintió
- Porque no te acuestas conmigo para que te haga unos cariñitos – me dijo, fue inevitable que la excitación no me golpeara, pero debía ser cuidadoso, ninguno de los dos quería que nos pillaran.
- Pero nos pueden pillar – dije
- No si lo hacemos piola – dijo acercándose y dándome un pequeño beso, como si eso me fuera a hacer ceder más fácil
- Pero y el diego – Dije
- Lo hago que duerma en tu cama, levántate un rato y déjamelo a mí – respondió, totalmente sumiso a sus palabras me levante e hice lo que me pidió – tení’ la media raja camilo, con el pijama se te ve mejor – dijo, a lo que me reí, curado el Seba no tenía filtro alguno, pero ahí estaba yo haciéndole caso en lo que me pedía.
- Habla más despacio que alguien puede escuchar – dije sonrojado
- Camilo ven – me llamó antes de que saliera – cierra la puerta – pidió, pero ni siquiera había alcanzado a abrirla.
- ¿Qué cosa? – dije
- Porque no me das una chupadita – dijo dejándome en Shock – algo super rápido Camilo, es que verte así me calentó – respondió
- Estas loco – dije, pero él no me escucho, solo se dedicó a sacar su pene de entre su ropa, como si de un canto de sirena se tratara hice caso omiso a la cordura – ya pero será cortito y no hagas nada para que no nos pillen – dije

Me senté en la cama mientras él ponía frente a mí su pene en estado de semi erección, sin pensarlo mucho lo tome por completo en mi boca, hice lo mismo unas cinco veces hasta que estuvo más que duro, quería seguir, pero tenía mucho miedo de que alguien me pillara, pero debo reconocer que el hecho que fuera todo tan al borde que alguien entrara a la pieza y nos encontrara en pleno acto, le daba más morbo y por sobre todo excitación al momento.

- Ya ahí no más – dije, el retrocedió y guardo su erección en su pantalón.
- Lo haci tan rico Camilo, ya yo voy a salir mientras, ahora traeré al diego para acostarlo – dijo eso guiñándome un ojo.

Espere un par de minutos para ir tras él, al llegar al living de la casa estaban todos comiendo cualquier cosa y muy ebrios, mis amigas estaban sentadas en el sillón riéndose de no sé que cosa, ahora que estaba plenamente sobrio atesoraría cada instante este momento, realmente la gente ebria da mucha risa. Mire a otro lado y vi como el Seba y un par de compañeros tomaban al diego para llevarlo a la cama, pobre diego, estaba muy mal, solo esperaba que no vomitara mi cama, aunque pensándolo bien esa sería la excusa perfecta para dormir con el Seba todos los demás días.

Ahora entendía porque el Seba fue a despertarme, era un maldito manipulador, pero no me quejaba mucho de eso, vi como desaparecían en dirección a mi cuarto mientras me acercaba a mis amigas

- Amigo estuvo muy bueno – dijo mi amiga – nos topamos con los mismos de ayer y todos preguntaron por ti porque estábamos bailando solas, a la Andrea le dio pena y casi se puso a llorar, pero seguimos bailando – respondió la Cote, quería reírme y de hecho lo hice, ¿realmente siempre éramos así?
- Que bueno amiga – dije – yo ya me recuperé un poco más así que mañana estaré listo para el perreo intenso – dije

Tras cruzar un par de palabras las ayudé a llegar a su pieza para dormir, querían que yo durmiera con ellas, pero me negué diciéndole que las podía contagiar con mi resfrió, así que desistieron con su oferta. Las dejé acostadas mientras volvía, esta vez a la cocina a buscar algo para tomar, ahí me encontré con el Oscar y la Silvi, cuando entré la Silvi venia saliendo muerta de la risa.

- Buena Camilo, hiciste falta hoy – dijo el Oscar
- Pero lo pasaron super bien, todos llegaron contentos – dije
- Si lo pasamos la raja – dijo – estuvo mejor que ayer el carrete, mañana tenemos que ir de nuevo – dijo
- Si mañana voy si o si, porque ya me siento mucho mejor – reconocí
- Buena Camilo, entonces dame esos cinco – dijo estirando su mano, yo estiré la mía para que chocaran, de pronto el Seba entró acompañado a la cocina con otros compañeros que le ayudaron a llevar al Diego a dormir.
- El Diego parece que murió – les dije
- Si, fue el que tomo más – respondió el Óscar
- Lo tuvimos que acostar en tu cama – informo un compañero X
- Ya, no importa, eso si mi cama estaba calentita – dije
- Te presto un chaleco – dijo el Óscar, pero negué
- No gracias – dije – No tengo tanto frio
- Bueno tú te lo pierdes – me respondió – no le presto a nadie mi chaleco de lana favorito

Tras escuchar como hablaban de otras cosas me fui a acostar, pero el Seba me interceptó en el camino.

- Le andai coqueteando al Oscar – no sé si lo afirmó o preguntó
- No nada que ver, solo hablaba con el – dije
- No te creo ni una wuea, me lo chupaste y altiro queri saltar arriba del pico del otro weon, te pasai – dijo
- Cállate que nos pueden pillar – dije – además tu sabes que el Oscar es mi amigo y está curado, ahora me voy a acostar antes que sigas diciendo weas y cagues la noche – dije

me acosté en la cama del Seba confundido por sus palabras, pensaba que se vendría tras de mi pero no llego y el sueño me estaba comenzando a vencer hasta que siento la puerta abrirse, sentí como se sacaba la ropa y se metía a mi lado.

- Camilo, ya llegué – me aviso, el diego estaba roncando, literalmente, era obvio que no despertaría ni, aunque un camión le cayera encima, así que me gire y le di un beso, pero apasionado y no corto como el que me había dado el antes
- Te estaba esperando – susurre tomando su paquete entre mis manos, el solo suspiro
- Que rico – dijo – ponte de ladito así hacemos menos ruido – hice inmediatamente lo que me pidió, el por su parte me ayudo a bajarme el pijama, mientras sin piedad me metió dos dedos en mi interior, gemí, por lo que él con su mano libre tapo mi boca.

Me metió sus dedos, dilatándome con esa acción, quería gritar, pero no podía, luego depositando saliva en mi entrada reemplazando sus dedos por su miembro que ya estaba erecto y palpitante. Primero siguió un ritmo lento, para luego sin hacer mucho ruido follarme con pasión, tras unas embestidas quedó quieto presionando su pelvis en mi trasero, provocando que su pene estuviera hasta el fondo de mi interior, sabía que había acabado, se quedó dentro de mi hasta que mi respiración se hizo regular, me estremecí cuando el salió de mi interior, sintiendo su vacío fui al baño.

Para cuando volví el Seba estaba recostado totalmente relajado con los brazos atrás de su cabeza, al recostarme a su lado aún estaba desnudo.

- Vístete, que, si te quedas dormido así, sería muy sospechoso – dije
- Si, me pondré una polera y mi bóxer – se paró en medio de la oscuridad, una vez listo lo abrace por sobre su estomago
- Gracias Seba, estuviste increíble – dije
- Gracias a ti Camilo, descansa, te quiero caleta – dijo dándome un piquito. No dije nada porque lo más probable es que su lado somnoliento y borracho era el que hablaba. En esa misma posición me dormí, a pesar de estar todo el día en cama me sentía agotado y tenía que reponer fuerzas.

Los días restantes en la playa fueron igual e inclusive mejores que los primeros, aprovechamos de conocer bastante la zona, carretear y beber harto, era un reencuentro en el que celebramos por los viejos y buenos tiempos, las noches las pase con el Seba, en todas ellas tuvimos el mejor sexo silencioso de la historia, nos teníamos mutuamente satisfechos, no quería volver a mi casa, quería seguir en este magnífico lugar, lo estaba pasando tan bien, pero todo tiene su fin y debíamos volver a nuestra realidad, por mi parte tenía claro que con el Seba las cosas volverían a estar como antes, todo se resumía a estar disponibles cuando nos necesitáramos y eso me agradaba, ningún tipo de compromiso más que satisfacernos y acompañarnos mutuamente, podría conllevar eso ¿o no?

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Las vacaciones perduraban aun me quedaban días antes de volver a clases, realmente era un martirio ir contando los días, no quería volver, sentía que tenía tanto por hacer y con las clases a la vuelta de la esquina no me podía centrar en nada más que ver los días pasar. Pero no todo en la vida es tranquilidad, hay veces en las que uno debe verse enfrentado por los peores fantasmas del pasado.

Faltando una semana para entrar a clases, estuve todo el día acostado sin hacer nada, de hecho el pijama lo había tenido puesto todo el día, si había algo que amaba de las vacaciones de invierno de la universidad era que son muy largas alrededor de un mes, así que como mi hermanos estaban en el colegio siempre tenía unos días de descanso más que ellos, por eso mismo tenía la casa para mí solo, ese día, en la tarde llegaron mis hermanos, por lo que les cocine algo rápido para comer, bien entrada la tarde llegó mi mamá, había pasado a comprar algunas cosas al supermercado, todo estaba de maravilla hasta que escucho que alguien golpeó la reja de la calle muy fuerte, no sabía que pasaba, por lo que mi mamá se asomó para ver que ocurría, vi su rostro contraerse. Por lo que supe que nada bueno había afuera. Miré como ella por la ventana y vi a mi papá, después de tanto tiempo volvía y no de la mejor manera, no había que ser adivino para saber que su estado no era el mejor, estaba golpeando la reja con algo que parecía un palo. No sabía que hacer, inmediatamente mi mamá llamo a los carabineros para que vinieran cuanto antes, yo como instinto lleve a mis hermanos a sus piezas y les dije que no salieran de ahí hasta que los viniera a buscar, mis manos temblaban, tenía muchas emociones a flor de piel, pero sentí mucho miedo, no sabía de que pudiera ser capaz esa persona que por desgracia debía llamar papá, los carabineros no llegaban nunca y con cada segundo que pasaba el caballero que estaba afuera gritaba más insultos y más amenazas en contra de nosotros, mi mamá estaba congelada, nadie sabía que hacer, en un acto poco temerario, golpeo muy fuerte la puerta haciendo que esta cediera y se abriera, sin dudarlo entro a la casa, para ahora azotar la puerta de la entrada, rezaba a dios para que esta no cediera como la de la calle porque intuía que las intenciones del personaje no eran las mejores, justo cuando golpeo la puerta, vi las luces de los carabineros iluminar la calle, el intento salir corriendo, pero era tarde porque el auto se estaciono en la calle, inmediatamente salí para hacerle saber a carabineros lo que paso al igual que mi mamá, los carabineros tomaron el palo que viéndolo más de cerca era un bate de baseball, como parte de las evidencias, además registrándolo se dieron cuenta que portaba una cortaplumas, me estremecí al pensar cuales eran sus intenciones, no podía entender como un padre podía ser alguien así, luego comprendí que a mi papá lo había perdido hace años, ahora él era solo un burdo reflejo de alguien consumido por sus adicciones. A mi mamá y a mí nos llevaron a tomar declaraciones, mientras dejamos a mis hermanos solos un rato en la casa, ellos estaban tan asustados y nerviosos que me dio rabia e impotencia los límites que había sobrepasado ese caballero, que tras el último incidente no habíamos sabido nada de el por más de dos años, no sé porque tenía que aparecer ahora, cuando ya nadie lo necesitaba.

Volvimos a la casa después de todo lo ocurrido, quería a ese caballero lejos de nosotros, y haría todo lo que fuera legalmente posible, pero lamentablemente eso no estaba en nuestras manos y debía esperar a tener una citación para resolver todo, solo pude respirar un poco tranquilo cuando le dieron la prisión por esa noche, al menos podríamos dormir sabiendo que no haría nada estúpido.

Tras ese episodio me volví a sentir vulnerable, necesitaba desahogarme o sentiría que colapsaría, pero nunca le conté nada de esto a mis amigas ni nadie cercano, salvo el Pipe, él era la única persona que sabía todo lo que había pasado, pero era imposible que él quisiera escucharme de nuevo, no después de lo último que le hice, de todas formas, arriesgándome a todo lo llame, me trague mi orgullo y simplemente lo hice. Sin dudarlo más marque su número, tenía la necesidad imperiosa de hablar con él, espere un par de tonos y cuando creí que no me pescaría, contesto.

- ¿Hola? – dijo
- Hola Felipe – dije
- Camilo – respondió - ¿Qué quieres? – dijo esta vez con un tono neutral, no estaba enojado, pero tampoco añoraba mi llamada, era solo él, un Pipe indiferente, pero sabía que no merecía más.
- Te necesito – dije, incapaz de mantener la cordura lloré después de todo lo ocurrido, estuve fuerte para mi mamá y mis hermanos, dándoles el apoyo para que ellos no se vinieran abajo, le preste el hombro a mi mamá para que se desahogara y le di tranquilidad a mis hermanos, pero yo no tenía a nadie que me diera lo mismo y simplemente las emociones se aglomeraron incapaz de seguir siendo fuerte, el nudo tan grande que tenía en mi garganta no me dejo continuar.
- Camilo, ¿Qué tienes? Me estas preocupando – dijo el Pipe ahora más alarmado, mientras yo no podía dejar de sollozar, en definitiva, el mundo se empeñaba en que mi corazón no saliera a flote – Camilo ¿te voy a ver? – dijo el, pero yo negué con mi cabeza como si el pudiera verme, pero la lejanía impedía esto.
- No – fue todo lo que dije – Se que no quieres verme, pero solo necesito que me escuches, nada más que eso – sorbí para poder seguir hablando – no sé porque pero te necesitaba Pipe – contesté, del otro lado sentí como un niño decía PA-PA, ahí supe que estaba interrumpiendo su visita a su hijo y que solo estorbaba en ese instante, era un ridículo, la vida de todos avanzaba y no podía pensar que el Pipe estaría ahí para mi después de todo, después de la forma en que jugué con él, se me estrujo el corazón porque fui un tonto en su momento, nunca dejaría de arrepentirme por lo que hice y ahora más que nunca porque significaba que había perdido a un amigo, alguien que podría estar ahí para mí cuando más lo necesitaba – Lo siento por molestar Pipe, no sabía que estabas con tu hijo, no volverá a pasar, solo me sentía un poco mal, eso es todo, perdóname – incapaz de escuchar su respuesta corté la llamada, hundí mi cabeza en la almohada no podía parar de llorar, había acumulado tanto que los muros de contención que había construido cedieron, intente hacer el menor ruido posible, para no alarmar a nadie en la casa, mi celular vibró y era el Pipe, me debatí si responder o no, pero a último minuto decidí que quería hacerlo, intentando tranquilizarme.
- Camilo, ¿Por qué cortaste? – dijo ahora más preocupado
- Porque no quería ocupar tu tiempo sé que estas con tu hijo lo escuché y no quería amargarte ese lindo momento con cosas mías que a lo mejor ni siquiera quieres escuchar – dije
- No te preocupes Camilo, como amigo siempre podré escucharte – dijo y se lo agradecí, mi corazón saltó en mi pecho, le eché la culpa a la maldita nostalgia que tenía en ese momento, de igual forma una calidez se instaló en mi pecho, no quería pensar que mi corazón había vuelto a la vida.
- Gracias Pipe, sé que no lo merezco, pero fuiste la única persona en la que pensé y sabe de esto, pero si quieres te llamo en otro momento para que disfrutes de tu hijo – dije
- No te preocupes Camilo, esta noche me voy a quedar con el así que tengo harto tiempo con el – dijo
- Si quieres te puedo ver en tu casa o tu venir a la mía – dije, no quería decirlo por teléfono
- Ya no me quedo en mi casa – dijo, se aclaró la garganta – me di una oportunidad con la Tamara y estamos viviendo juntos – dijo, no sabía cómo responder a eso, pero la calidez que había sentido antes tomó tintes de amargura, quería dejar de sentir esta nostalgia que me provocaba tantas emociones.
- oh, felicidades – dije – me alegro por ti Pipe, así disfrutas de tu hijo – dije porque no sabía que más decir, estaba divagando.
- Pero Camilo dime no más – dijo – aún podemos ser amigos – comentó
- Gracias Pipe – respondí, para luego contarle todo lo que pasó, solté otro par de lágrimas cuando le confesé mis mayores temores, tenía pavor que mi denominado padre pudiera hacerle algo a mi mamá o hermanos, el ya no era mi papá, era alguien que desconocía y no tenía claro nada, el Pipe me escuchó atentamente, como siempre lo hizo, era bueno en eso.
- Pucha Camilo, lamento todo y gracias por confiarme algo así, ya sabes que cuando quieras aquí estaré para ti, no tienes que guardarte todo para ti mismo, si te sirve como desahogo mi hombro lo tendrás siempre, sé que han pasado muchas cosas, pero eso no quita que hayas sido el mejor amigo que tuve siempre y por eso te quiero mucho, sé que se va a solucionar todo este tema y si vuelve a pasar llama altiro a carabineros, y escóndete con tu mamá y hermanos, eres fuerte Camilo, aunque lo dudes, por eso te admiro porque siempre sales adelante, ahora no va a ser la excepción así que dale no más amigo – dijo el encontrando como siempre las palabras exactas, sentí pena por todo lo ocurrido, porque ahora quería al Pipe a mi lado, pero simplemente la Tamara ganó y yo se lo di, pero sabía que más que ella y yo, estaba su hijo por sobre todo y lo que sentí es que no veía un futuro con él, ya no, después de todo lo que había pasado el jamás volvería a estar conmigo y eso lo lamentaba, porque en el fondo mi traicionero corazón me decía que seguía sintiendo cosas por él, ahogándome por esa feroz revelación necesitaba cortar.
- Gracias Pipe, gracias por todo, realmente no te merezco, sé que esto debería habértelo dicho hace mucho tiempo y espero que no sea muy tarde para que lo escuches, pero lo siento mucho, por todo, por involucrarte en algo tan retorcido, pero ahí no estaba pensando y créeme que aún me odio por eso, aun detesto la persona que fui contigo, porque, aunque lo dudes también te quiero – dije
- Camilo me dejas sin palabras, pero no te disculpes, en su minuto igual lo entendí, fue algo del momento y si lo ves de un cierto punto de vista creo que te la debía ¿no crees? – dijo – pero si lo dudas yo si te perdono aunque sé que no hay nada que perdonar, lo que te dije en ese entonces lo dije desde la pica Camilo, me dolía saber que habías jugado conmigo, pero después pensé en cómo te sentiste en ese instante cuando yo te hice algo parecido y no pude odiarte – contesto, un suspiro de alivio salió de mi garganta – Pucha Camilo, tú lo sabes todo y no te mentiré me di esta oportunidad solo pensando en ti, después de ese momento solo me podía apoyar en mi hijo – dijo - ¿tu camilo aun sientes cosas por mí? – consulto con voz esperanzada, quería decirle que si, que después de tanto tiempo aun sentía cosas por él, pero pensé en el viviendo con su hijo, su cara de felicidad que debía tener al sostenerlo todos los días, al verlo despertar o más aun al hacerlo dormir en sus brazos, aunque compartiera cama con alguien que yo detestaba, pero él tendría la felicidad tan cerca, que a lo mejor si le decía la verdad de mis sentimientos podría perderlo y tendría que conformarse con una visita periódica, así que pensando en el mentí, era lo mejor para él, pero no para mí, pero a veces amar y querer implica renunciar y si quería ver al Pipe feliz, tenerlo junto a su hijo era el mejor camino, ese niño merecía tener a un buen padre a su lado, un padre que no fuera como el mío.
- No Pipe – mentí, pero mi maldita voz me traicionó, esto que haría ahora era permanente y no había vuelta atrás lo sabía, pero ya estaba decidido – Pipe, tú debes estar con tu hijo, lo que yo sienta da igual, tú debes ser feliz, prométeme que así será y nunca le faltaras a él, escúchame Pipe, tu hijo por sobre todo – dije – Lo siento pero no puedo seguir con esto, por favor dale un beso de mi parte a tu hijo y descansa, otro día podemos seguir hablando – dije – que estés bien, cuídate Pipe y gracias por todo.
- Chao Camilo, que estés bien – dijo y cortó la llamada.

Mi cabeza era un enredo, pero sin duda alguna era un estúpido, un auténtico estúpido, descubrir que en mi corazón aún tenía un lugar para el Pipe me destruyó, más aun al saber que ya vivía con la Tamara y su hijo, aunque me doliera era una familia, la familia que él había optado por formar y no quería destruir eso, aunque si pensaba en ella lo haría mil veces, pero no habrían más venganzas en mi vida, no más, debía pensar en el Pipe y su felicidad y aunque eso me destruyera debía ser así, quizás en algún futuro si el destino lo quería se encargaría de volver a juntarnos, pero ahora no era el momento.

Las vueltas de la vida, aunque parezca tragicómico, esa noche me dormí mirando la foto que me tomé ese día con el Pipe, que sin saberlo había marcado el cierre de lo que en algún minuto tuvimos, una venganza que nunca debió llevarse a cabo, pero que ahora agradecí porque tendría algo más que un recuerdo de lo que algún día fuimos, quizás cuanto tiempo reprimí ese sentimiento hacia el Pipe, pero ahora que lo asumía era más liberador, no quiere decir que jamás amé al Kike, al contrario lo hice con todo mi corazón, pero hubo una parte remota que jamás le perteneció, era esa parte que yo daba por olvidada, pero que nunca desapareció como yo quería. Esa noche deje ir al Pipe, por no sé que vez consecutiva pero ahora si era un hecho, lo sentía más real que nunca, sin mentir fue una de las noches más tristes de mi vida, ya no volvería a mirar en su dirección como algo amoroso, intentaría meterlo a mi corazón como un amigo, aunque me costara lo lograría, y si debía pasar un largo exilio lo haría, sabía que el algún día me lo agradecería cuando viera crecer a su hijo, cuando pudiera verlo tener sus primeras veces. Una sonrisa al final se esbozó en mi rostro porque sabía que sería feliz y saber que fui participe de eso me llenaba. No borré la foto, porque más que algo pornográfico, fue un hecho que aún no estaba seguro que quería olvidar. Todo a su tiempo. Aunque un lado más racional me decía a gritos que más temprano que tarde volvería a caer, y esperaba que eso no fuera así.

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Volví a la universidad y no podría decir que, con las pilas cargadas al máximo, más bien seria con la mente ocupada en cómo resolver el problema que tenía con mi querido padre, pero no podía dejar que eso me desviara de mi camino, debía ser fuerte como dijo el pipe y poder centrarme en mi misión de vida, mientras antes terminara, más rápido podría ayudar a salir adelante a mi familia, se los debía.

La primera semana de clases sabía que me debía una conversación con el Kike, después de todo el tiempo que había pasado desde que terminamos, nunca hablamos de nada oficial y si bien aún me sentía mal por su traición, había cosas que me preocupaban de él, igual lo quise y muchísimo, por lo mismo lo perdoné y quería, aunque sea comentarlo para que no pensara en mi como un eterno rival, cosa que para mí era inexistente.

Con el Kike teníamos solo dos ramos en común, por lo poco que podía ver era que me había reemplazado en su totalidad con sus amigos y entre ellos estaba el Cesar, pero ya no dolía, sabía que necesitaba sacar esto de mi porque como pude dejar ir al Pipe debía hacerlo con el Kike, no podía tenerlo atado a un sentimiento de odio o de culpa, debía ser razonable, la vida tiene muchas vueltas y nadie me aseguraba que en un futuro por cosas de trabajo o carrera tendríamos que volver a unirnos y prefería limar todo tipo de asperezas ahora.

Era la última clase que teníamos, al menos yo, y justo la compartíamos, esperé a que el Kike se desocupara, pero como siempre tenía al Cesar como lapa, ignorándolo por completo le fui a hablar sin ningún tapujo.

- Hola Enrique – dije acercándome a el – Hola Cesar – saludé también a su acompañante, la educación por, sobre todo.
- Hola Camilo – respondieron los dos
- Enrique quería ver si podíamos hablar en algún momento – dije, a lo que el simplemente asintió
- Ahora tengo ventana hasta después de almuerzo, si quieres vamos ahora – comentó
- Por mi esta super – dije
- Cesar después nos vemos en la clase – dijo el Kike despidiéndose de él
- Chao – dije, el solo sonrió, pero lanzándome dagas con los ojos, veía las ganas que tenia de matarme, pero las ignore, después de esta conversación solo debería amarme y esperaba dejar de lado algunas rencillas tontas con él.

Caminamos sin decir mucho hasta los pastos, buscamos algún sector donde hubiera la menor cantidad de gente y pudiéramos conversar tranquilos, así es como llegamos a donde solíamos almorzar algunas veces, todas las situaciones recién vividas me tenían muy sensible y nostálgico, solo esperaba no llorar.

- Que recuerdos – dijo el Kike riendo
- Si – dije simplemente
- Tú dirás Camilo – respondió dándome pie para comenzar.
- No vengo a pelear – dije y el rio – vengo en son de paz
- Es bueno saberlo – dijo
- Poniéndome más serio Kike, quiero arreglar las cosas entre nosotros, sé que no terminamos de la mejor manera, al menos yo me siento muy avergonzado por como actué y no me enorgullezco en absoluto, por eso quería pedirte perdón – dije
- Camilo, no sabes lo mal que me he sentido todo este tiempo desde que terminamos porque simplemente deje de luchar por ti, y no tienes porque pedir disculpas yo me merecía eso, tu tuviste que aguantar todos los errores que yo cometía, mientras que yo solo volvía a hacerlos, sé que te aburrí y saber que te había perdido hizo que quisiera protegerme por eso tanta indiferencia, tampoco quería saber si es que me habías olvidado, no era capaz de soportarlo – dijo
- Yo te perdono Kike, no es algo que me haga bien tener todo en mi memoria, tuviste tus razones para hacer lo que hiciste, pero albergar odio en tu contra no me ayuda, quiero seguir adelante Kike y eso no me hace bien y tampoco a ti, quería que sacáramos todo el peso que teníamos en nuestros hombros y al menos poder respirar tranquilos – comenté
- Te das cuenta porque es que la gente te ama tan fácil Camilo – dijo – yo desperdicie las oportunidades que me habías dado y lo lamento, porque sé que te destruí lo vi el día que te enteraste de todo – dijo bajando su cabeza para mirar el pasto que había arrancado y ahora tenía entre sus dedos.
- ¿Tu como estas? – consulté
- Bien ¿Por qué? – preguntó
- Por lo de tus papás – dije
- Ah, yo estoy mejor, al final pudieron superar su crisis, pero en su momento estuve mal, porque veía a mi mamá todos los días tristes, no me gustaba llegar a mi casa por lo mismo ya no teníamos esa felicidad de siempre, pero ahora las cosas están un poco mejor, al final pudieron superar todo – dijo riendo
- Me alegro Kike, tu mamá y papá son dos personas maravillosas, merecen estar juntos – miré la hora y no había mucho más por decir así que con todo ya relativamente resuelto tenía que irme, su sonrisa me confundía y no quería revolver las cosas aún más.
- Me tengo que ir – dije
- Camilo yo aún te amo y mucho, no es fácil verte todos los días en la universidad, los primeros días eras un zombi y sabía que era mi culpa, verte solo me mataba porque yo había hecho eso, nadie más que yo, tu no eras culpable de nada – dijo
- Kike, no sigas, debes salir adelante, yo sé que seguiste con tu vida, todo el mundo lo sabía – reí – pero ya no importa, como te dije te perdono por todo – respondí
- Entonces volverías a darme una nueva oportunidad para que estemos juntos - dijo esperanzado, pero era algo que simplemente no sabía si podía darle, no después de tanto tiempo, no sabía si mis sentimientos seguían ahí, al menos tenía la certeza que mi corazón ya no vibraba por él.
- No sé, yo creo que no – dije lo más sincero posible – te mentiría si dijera que también te amo Enrique, porque después de todo este tiempo decidí que debía avanzar y aunque me duela reconocértelo, ya no siento lo mismo por ti, al menos no tan fuerte – dije
- Pero aún me quieres, eso debería bastar para que me dejes volver a enamorarte – dijo
- No sería justo para ti Kike, estarías batallando contra algo que no se si pueda volver a darte, lo mejor es que des vuelta la página y seas feliz, yo intentare serlo también y si dudas o se te paso por la mente, no hay nadie más, estoy solo y así quiero estar por mucho tiempo más – dije – solo se feliz Kike, lo mereces.
- Esta bien Camilo, respetare eso, pero al menos deja estar cerca de ti – dijo
- Si, no hay problemas, mi compañía siempre la tendrás, pero no te puedo dar más que eso, no puedo jugar con tus sentimientos dándote falsas esperanzas Kike – dije – aprendí hace un tiempo atrás que esa no es la mejor opción.

Nos dimos un último abrazo, y si señores ahí estaba yo, dejando en libertad a otro gran amor en mi vida, sabía que nunca volvería a ser lo mismo con el Kike, muchos limites se rompieron entre nosotros y no quería una relación cargada de desconfianza y toxica, quería solamente respirar tranquilidad, y si eso implicaba partir desde cero lo haría, pero por sobre todo quería ver feliz a la gente que quería y el Pipe y el Kike, aunque hayan cometido mil errores merecían serlo, al menos ante mis ojos quería verlos felices.  Hace mucho tiempo atrás pensaba y me sentía muy melancólico por las cosas que fueron y ya nunca volverían a ser, a esto me refería, a mí y al Kike, nuestros caminos se habían separado hace tiempo y hoy nos unió solo para darnos eso que habíamos dejado pendiente, pero ahora definitivamente emprenderíamos rumbos distintos, deseándole lo mejor en la vida a él, y como dije si la vida nos quería juntos más adelante el destino se encargaría de unirnos de alguna forma, pero eso se lo dejaba al tiempo.

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Con la revelación que aun quería al Pipe y que el Kike también era parte de mi ser, levante el vuelo nuevamente, debía reponerme, tenía claro que la felicidad en algún minuto llegaría para mí, pero no me desvelaría buscándola, dejaría que sola llegara a mí, en el momento que quisiera aparecer la tomaría entre mis brazos feliz y la atesoraría por mucho tiempo, pero ahora solo me dedicaría a seguir recorriendo mi camino, uno que se sentía mucho mejor después de tener tantas cosas claras y dejar ciertas grietas cerradas.

Mi vida como la de todos continuo adelante, me encerré en lo que mejor se me daba, pero no todo en la vida tienen que ser estudios y el estrés en el que estaba inmerso me hacía querer y necesitar momentos de liberación, momentos en los cuales pensara en otras cosas, más ligeras, es así que el Seba se ganó un lugar importante en mi vida, era en lo que toda definición podría ser un follamigo, teníamos nuestros encuentros respetando que cada uno tenía cosas distintas por delante, yo sabía que el Seba tenía muchas amigas especiales o a veces simples mujeres para pasar el rato, pero no me espantaba por eso, ni me daban ataques de celos, porque sabía que lo nuestro era solo algo más carnal, tampoco nos veíamos tan frecuentemente, podría ser algo así como dos veces al mes, durante ese mismo semestre de clases vivimos una experiencia que me dejó algo confuso.

Nos encontrábamos en su casa, porque sus padres habían salido por el fin de semana, pero el como siempre prefería quedarse en la casa, ese día estaba con el estrés a tope por lo difícil y cuesta abajo que se estaba poniendo el semestre, solo quería relajarme un rato y olvidarme de toda la materia que tenía que revisar, era horrible.

- Camilo, ¿Quieres comer algo? – Me preguntó el Seba
- No nada aún, aunque sabes que me podrías dar mientras – dije sonriendo, negó, pero de igual forma se acercó a donde estaba sentado.

Sin darle mucho tiempo a las cosas fui directo al cinturón de su pantalón, él no se opuso así que seguí con mi asalto hasta tener su pene entre mis manos, jugué un momento con él para luego meterlo a mi boca, batalle para poder tomar lo que más pudiera de él, pero por su longitud me costaba, aun así mi trabajo al parecer iba de lo mejor porque la cara de placer del Seba era suprema, sobre todo cuando lo llevaba tan profundo me fuera posible, el perdiendo el control comenzó a penetrarme la boca, moviendo sus caderas, dejándome en varias ocasiones sin aire, de un segundo a otro sacó su miembro de mi boca para el masturbarse, no alcance a reaccionar cuando comenzó a bañar todo mi rostro con su liberación, la leche salía y me cubrió por completo, ni los ojos podía abrir. Saque mi lengua para limpiar la liberación del Seba que empapaba mis labios.

- Avísame para la otra – dije riendo
- Disculpa es que no aguantaba más, tu si que sabes cómo chuparlo – me alabó
- Necesito ir al baño – dije levantándome de su lado, fui rápidamente a lavarme la cara y enjugarme la boca, volví para ver aun al Seba desmayado sobre el sillón con el pene afuera de su pantalón – Tapate inmoral – dije
- No es nada que no hayas visto y que no hayas probado – respondió, ambos nos reímos por lo que había dicho.
- Tengo hambre, así que hare algo ¿Qué quieres? – le dije a lo que el levantó la cabeza.
- Un sándwich de esos que siempre me haces cuando vienes seria bacán – me dijo, me giré y fui a la cocina a preparar dos sándwiches, el Seba al poco rato entro a la cocina solo con polera y bóxer, sus pantalones habían desaparecido en algún lugar. Conversando de cosas normales estuvimos hasta que dejamos de comer y sabíamos que vendría después.
- Cocinas bacán Camilo – dijo – Nunca me resulta bien este sándwich como a ti, el otro día quise hacer uno, pero no anduve ni cerca – dijo
- Me alegra no haber estado ahí para probarlo – respondí riéndome
- Vamos a la pieza – dijo levantándose, al pasar al lado mío me dio una nalgada que resonó en toda la cocina, al darme vuelta él ya iba corriendo a su pieza riendo a carcajadas, sin detenerme deje lo que estaba haciendo para correr y perseguirlo, al llegar a la pieza no estaba, pero de pronto salió por atrás de mi dándome un susto de muerte, él estaba muerto de la risa. Sin dejarlo de ver cómo se reía comencé a sacar mi ropa, el cambio de reir a mirarme silenciosamente, dejé mi ropa interior puesta para ponerme en cuatro sobre su cama.

- No vas a venir – dije incitándolo a que se acercara. Su respuesta no tardó en llegar, aunque más bien fue su acción porque se lanzó sobre mi sin perder el tiempo. los detalles ya lo imaginaran, el Seba era alguien insaciable, y yo ya lo sabía.

Habíamos alcanzado ambos el orgasmo, fue gratificante y liberador, estábamos tendidos sobre su cama recuperando el aliento, me giré para quedar boca abajo y mirándolo le di un beso en el pecho, el solo sonrió y verlo hacer eso hizo que tuviera el impulso necesario para besarlo en los labios, no creía que fuera algo que al Seba le incomodara, siempre nos dábamos besos, pero esta vez cuando quise profundizarlo el corrió su cara.

- Disculpa, no quise incomodarte – dije avergonzado por ser rechazado
- No tienes que disculparte es solo que no quería – dijo
- No te preocupes – sintiendo que estaba rojo por la vergüenza me levante al baño – voy al baño – le avisé, cuando volví estaba el seba sentado en la cama aun desnudo, pero muy pensativo - ¿Qué pasa? – dije cuándo entré
- Nada – respondió
- Vamos Seba, nos conocemos hace caleta, te he contado cosas muy íntimas y nunca has dicho nada así que creo que podría guardar cualquier cosas que quieras decir – dije
- Prometes no decirle a nadie – dijo
- Por supuesto – dije
- Es que me gusta alguien – dijo
- Pero eso es bueno ¿o no? – le consulte
- No cachas ni una Camilo, eres muy inteligente para algunas cosas no más, pero en otras no sé si te harás a propósito – dijo enojado
- Pero porque te enojas, si quieres te ayudo en lo que sea, pero no te pongas mala onda – dije
- Acaso no sabes quién me gusta – dijo a lo que yo negué – Tú me gusta Camilo y me asusta caleta, no sé cómo actuar con esto, se supone que esto es solo webeo y a mí me gustan las minas, pero estar contigo me confunde y ahora te miro con otros ojos – confeso, estaba sin palabras no sabía que responderle.
- Seba, no sé que decirte, no tenía ni la menor idea – dije
- Claro que no, porque a ti solo te importa el weon del Pipe y nadie más – dijo pareciendo herido
- Sabes que no es así o no estaría contigo ahora – dije – No tienes que ponerte celoso – dije y el pareció enojarse aún mas
- No molestes con esto, te lo digo enserio – dijo
- Pero Seba, nosotros somos amigos, no creo que algún día podamos ser algo más – confesé
- Tú me gustas mucho Camilo, te lo demostrare, aunque lo dudes - Me dijo, sus palabras eran irreales, nunca pensé escucharlas de él.
- Seba, no creo que podamos ser algo más, mira responde esto con el corazón ¿algún día podrías decirle a tu familia que yo soy tu pololo? O a tus amigos o más aun salir conmigo a la calle juntos sin necesidad de andar escondidos – vi en su rostro la discordia que generaron mis palabras, tenía una lucha mental, pero debía hacerlo, la experiencia me había llevado hasta donde estaba y si bien antes hubiera saltado de alegría por la confesión del Seba, ahora sabía muy bien que los cuentos de hadas no existían y al final y al cabo acabaría nuevamente destruido, pero no más, debía aclarar las cosas con el cuanto antes.
- No se Camilo – dijo como respuesta – todo esto es nuevo para mí y tengo la caga en la cabeza, no me puedo ni siquiera tirar a una mina sin sentirme culpable – dijo
- Por eso corriste la cara – dije, el asintió - ¿quieres que nos dejemos de ver? – pregunté temiendo la respuesta, el dudó, pero no dio respuesta.
- No se Camilo, pero a lo mejor puede ser lo mejor, tu mereces a alguien que te de su lugar, alguien que pueda enfrentar al mundo por ti, no a alguien que no sabe ni lo que quiere – dijo
- Mira Seba, escúchame, tú fuiste, eres y serás mi primer amor – me reí y el pareció no entender – fuiste el primer hombre con el que estuve, me entregue a ti por primera vez y aunque suene raro y por decirlo de alguna forma mi virginidad la perdí contigo así que siempre marcaras una huella en mi – sonreí – por eso y por todo lo que nos ha unido todos estos años aprendí a quererte a tu forma, sin ataduras, sin pretender tener nada contigo, yo sé que te metes con mil y un personas, y puedo vivir con eso, porque te quiero muchísimo Seba, eres una constante en mi vida que me ha hecho mucho bien, eso si me hiciste sufrir cuando era más niño cuando rompiste mi corazón, pero ahora comprendí cuál es tu esencia, si me preguntaran me gustaría verte por siempre, me siento cómodo contigo, pero si tú necesitas que me aleje de ti, lo hare, te juro que lo hare porque quiero verte feliz – dije, me emocione por el momento, no quería perder al Seba, pero sabía que juntos no podríamos estar, sería un completo desastre, pero si quisiera seguir bajo estas mismas reglas, podríamos intentarlo.
- Gracias Camilo – dijo – me gusta estar contigo porque así no tengo que aparentar nada, eres muy sencillo y sabes escuchar tan bien, ya veo porque el Pipe comía de tu mano, sé que estoy muy confundido por todo, quizás necesite un poco de tiempo para poner todo en orden, y a lo mejor en algún momento cuando ya todo este claro poder retomar todo lo que teníamos, eso si sin dejar de ser amigos, no quiero que dejemos de hablar como siempre lo haces tú cuando te vas con otro que te olvidas de que existo – dijo recriminando mis acciones
- Esta bien Seba, te daré ese espacio, esta noche será la última en mucho tiempo, pero lo de ser amigos va en serio, no tengo mucha gente cercana y sé que algunas palabras sin anestesia tuyas me harán falta – dije

El seba me abrazó, sabía que esto no era una despedida, pronto nos volveríamos a ver, la cabeza del Seba necesitaba un respiro, y quizás un tiempo lejos de mi seria lo que realmente le hacía falta y yo por mi parte no podía priorizar lo que necesitaba por sobre el resto, no con el Seba, el no merecía eso.

Esa noche alcanzamos dos maravillosos orgasmos más, era como si quisiéramos transmitirnos que volveríamos a vernos, y ese momento sería un recordatorio de lo que seguiríamos viviendo más adelante, al menos así quería verlo yo. Estaría esperando el momento en que el Seba volviera a estar listo y lo recibiría encantado.

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El semestre se acabó y con ello un nuevo año se iba, un año de locos, el año que sin duda más marco mi vida hasta el momento, era mi tercer año en la universidad y se sentía ya como si fuera el quinto. Si bien añoraba un gran descanso, en todo ese tiempo no había dejado de pensar en todo.

Con el Kike nos veíamos a diario, lo ser amigos iba bastante en serio, aunque según yo no lo logramos tan bien, más bien lo definiría como buenos compañeros de carrera, lo que era mucho mejor que estar en medio de una ley del hielo, en la cual si no te miraba no existías, pero todo lo demás fue un gran avance, ya que podíamos intercambiar más palabras ahora, aunque la incomodidad seguía latente, aun recordaba con nostalgia el tiempo en el que fuimos felices, pero ahora eso solo era un vestigio del pasado, debía seguir y mirar hacia el futuro, las cosas habían tomado un buen curso y no debía desviarlo.

Con el Seba solo hablábamos por Facebook casi todos los días, aunque en los periodos más complejos solo lo hacíamos a veces, se podía decir que estábamos en contacto, al menos siempre nos saludábamos y sabíamos cómo estaba el otro, desde nuestro último encuentro, en el cual decidimos darnos un tiempo de lo hacíamos había pasado más de dos meses, quizás para el aún faltaba para que estuviera listo, pero ahí estaba yo esperándolo para cualquiera fuese su respuesta, al menos ya lo sentía más cercano, entregándome la seguridad de que tendría alguien más en quien confiar.

El problema de mi fabuloso padre se solucionó entre comillas, tras la situación, conseguimos una orden de alejamiento que esperaba que respetara, según el juez como no había personas heridas no ameritaba para más, maldita justicia, esperaba que nunca llegara a más, verlo tras las rejas a él seria lo de menos, si no que ver a un ser querido mal por su culpa no tendría gracia alguna.

Finalmente el Pipe, hay Dios, intente ser su amigo pero simplemente no pude, no pude seguir con eso, no podía verlo si quiera en fotos sin que se agitara algo dentro de mí, no sabía que tanto habían cambiado mis sentimientos después de todo este tiempo pero no quería descubrirlo tan a fondo, el tenerlo como amigo en Facebook y seguirlo en Instagram no hacía que las cosas fueran más fáciles, sino todo lo contrario, podía ver a diario como subía cosas de su hijo y eso me alegraba enormemente, pero verlo demostrar felicidad o simpatía hacia la persona que nos separó era como echar limón a una herida recién abierta, es por ello que deje de seguirlo en mis redes sociales, al menos así seriamos amigos de Facebook pero sin necesidad de ver todo lo que hacía, de vez en cuando hablábamos para saber cómo estábamos, pero después de la última conversación telefónica que habíamos tenido sentí que las cosas habían tomado un rumbo que debía afrontar, a diario me recordaba la fortaleza que él me dijo que tenía y procure demostrarme a mí mismo que todo lo hacía por él, y por su hijo, él debía ser feliz y si para ello debía dar un paso al costado lo haría aunque la vida se me fuera en ello, sabía que ya llegaría mi momento, solo debía ser paciente.

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El 2017 me golpeo como un tren, esas vacaciones de verano no tenía mayores planes por hacer, porque como mi carrera estaba por terminar las siguientes vacaciones tenía pensado hacer algún tipo de práctica, por lo que tenía que aprovechar estas vacaciones lo más que pudiera, en la casa de mis abuelos necesitaban hacer algunas cosas y aprovechando que mi tía se iba durante el mes de enero me pegue con ella, estaba decidido, me iría al campo por dos meses, así cuando mi mamá fuera en febrero yo seguiría allá, aunque lo duden estar en medio de la nada sirve, es la excusa perfecta para desconectarse de todo, con suerte llegaba la señal de la televisión y celulares, sabía que era lo más sabio que podía hacer, estaría lejos de todo y todos y esperaba volver en marzo renovado, alguien completamente nuevo.

En mis días de vacaciones en el sur aprendí mucho, la gente de por allá es muy relajada y no llevan un ritmo tan apresurado como en Santiago, y su amabilidad se nota, pero lo que más me gustaba era poder dar unos largos recorridos por el campo acompañado de mi fiel amigo el Copito, era uno de los perritos que había en la casa y que sin duda nos habíamos encariñado mutuamente, salíamos por largos momentos, uno de esos días descubrí una especie de rio o curso de agua, ese día no aguante las ganas y me bañé, era todo tan libre y podía respirar una gran paz, ahí fue donde volví a sonreír genuinamente, Copito que no era tan fan del agua solo se quedó viéndome desde la orilla cuidando mis cosas de un peligro casi inexistente. Volví a la casa a contarle a mi tía todo lo que había hecho ese día, ella era muy buena escuchando, mientras que me daba idea de nuevos lugares que recorrer.  Es así como fui un día a la playa de Puerto Saavedra, un lugar muy lindo, pero con un agua tan helada que podría ser un tempano de hielo. Todo marchaba a la perfección, hasta que me llamó. Mi celular sonó mientras estaba en mi pieza.

- Hola Pipe – dije
- Hola Camilo – respondió – hace días que no se nada de ti – dijo
- He andado muy desconectado – dije
- Podríamos juntarnos uno de estos días – dijo – creo que necesito hablar contigo – comentó
- No puedo – contesté
- ah dale entiendo – dijo desanimado, comprendí que pensaba que no quería verlo, lo cual no era cierto al cien por ciento.
- Oye, no es que no me quiera juntar contigo – le aclaré – es solo que estoy en el campo, me vine para estar enero y febrero por acá – le informé.
- Buena, que bacán Camilo – dijo, lo noté extraño.
- Felipe sabes que puedes decirme lo que quieras – dije
- Si lo se Camilo, es solo que tenía muchas dudas y quería saber tu opinión respecto a algo – dijo
- Haber dime soy todo oídos – dije con una pequeña risa.
- La Tamara quiere que formalicemos más lo nuestro, no me lo ha dicho textual pero ya van varias veces que comenta que le gustaría casarse – dijo, quería abrir un hoyo en el suelo y enterrarme, no podía creer lo que me comentaba, se había vuelto loco, como haría eso.
- Y tu ¿quieres eso? – consulte
- No sé – respondió
- Entonces no lo hagas, si no estás seguro no lo hagas, pueden estar precipitándose, a lo mejor están bien como están ahora, el matrimonio no es un juego, yo no me he casado – me reí por los nervios – pero se sabe que eso son palabras mayores Felipe y si tu no lo sientes no lo hagas – dije, no sabía si lo mío parecía más una súplica que un argumento, el pensar en la Tamara vestida de blanco y con el Pipe esperándola en el altar retorció mis entrañas, pero de ser necesario estaría ahí para salir justo cuando el curita preguntara quien se oponía sería capaz de hacer mi entrada triunfal gritando a todo pulmón ¡YO!
- Gracias Camilo, necesitaba la opinión de alguien que viera las cosas desde fuera – dijo
- De nada Amigo – dije, inmediatamente me sentí ridículo por lo que decía.
- Bueno Camilo, no te quito más tiempo y gracias por escucharme, pásalo muy bien y tráeme algún recuerdo – pidió
- Obvio, que estés bien y cuando lo necesites llámame, tengo harto tiempo para escuchar a los demás – dije, él se rio
- lo tendré presente, adiós Camilo – dijo
- Chao Felipe – corte la llamada.

Ahogado salí a tomar aire, no sabía que tanto nos estábamos separando pero esta decisión era la que había tomado, y ya no sabía que hacer para olvidarme de él, ni siquiera el Kike seguía tan latente en mi memoria como el Felipe, no quería pensar en el casándose con la Tamara, no podía permitir algo así, pero yo mismo decidí que las cosas fueran de esa forma, si solo le hubiera dicho todo desde un comienzo hoy no estaría sufriendo ni martirizándome por todo, no  quería ser mala onda ni tampoco tirar malas vibras a su relación, pero en ellos veía un matrimonio que iría directo al fracaso, porque él no la amaba a ella, y mi corazón pretendía pensar que así era y si el Pipe estaba con ella aún era por su hijo, nada más los ataba, pero ese lazo los uniría por el resto de su vida, quería que esto fuera como en las teleseries, que se hicieran un análisis de ADN y el no fuera el padre, pero esto es la vida real y el Pipe sin su pequeño pedazo de cielo no sería nada, dejo todo por él, su casa, sus estudios así que sintiéndome mal por dicha maquinación descarte esa idea, un ladrido me sacó de mi estado de trance, miré a mi Copito que quería jugar conmigo como si supiera mi estado, encantado lo hice, le tire su pelota para que el la trajera devuelta.

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Durante esas vacaciones pensé mucho, medite tanto que en marzo cuando estuve en Santiago no sabía si realmente me atrevería a dar el punta pie inicial, pero comiéndome mi orgullo le hable al Pipe, más bien lo llame.

- Hola Camilo, ¿Cómo estás? – dijo tan solo al saludar
- Hola Felipe, estoy muy bien y tu – respondí
- bien también, a que debo este agrado – dijo
- Estoy en Santiago otra vez y nada quería ver si aún necesitas hablar conmigo – solté
- Genial Camilo, si aún podemos hablar, si no fuera mucha la molestia – dijo – Podríamos ir a comer algo, porque en la casa está la Tamara – dijo a lo que entendí la indirecta, ella estaba en casa y no podía escuchar lo que hablábamos, aproveche que mi mamá visitaría a mi tía mañana para invitarlo.
- Si quieres puedes ir mañana a mi casa – dije
- Esta bien, llegaré como a las 6, me pasare del trabajo para allá – respondió
- Bueno, ahí te espero entonces, tendré algo para comer – dije a lo que el rio
- Dale, hasta mañana entonces – dijo

No sabía si estaba preparado para dar este paso, pero ya no quería seguir luchando contra lo que sentía, y como dice el dicho, si no puedes contra ello únete, después de todo ya estaba decidido, solo esperaba que no me equivocara, porque esta sería la última oportunidad que me daría, no habría otra, ya no más. La suerte estaba echada.

Estuve todo el día siguiente con el estómago apretado y con los nervios a full en mis venas, quería decirlo todo, solo esperaba que el Pipe entendiera como fueron las cosas y se atreviera conmigo, eso me haría feliz, aunque no se escuchaba correcto, quería que lo fuera, ambos habíamos cambiado y madurado, y esperaba que eso jugara a nuestro favor, aunque sonara egoísta quería pensar en mi esta vez.

El Pipe llegó puntual a mi casa, mire por la ventana antes de abrir y lucia mayor, era un Felipe distinto, el toque que le daba no afeitarse lo hacía parecer mayor, sin embargo, algo en él seguía intacto, su esencia.

- Hola – dije saliendo de la casa – que puntual – le comenté
- Si un poco, es que calcule justo la hora – dijo – pase directo del trabajo así que vengo muerto – comentó
- Tienes hambre – le dije
- No – respondió, pero me di cuenta que era mentira
- Ya no seas mentiroso si algo te conozco, pasa que tengo algo para comer – dije

Pasamos, inmediatamente le calenté algo de lo que había hecho para comer ese día, más bien era la comida que tenía para uno de mis hermanos, pero lo más probable era que comieran donde mi tía así que no importaba, había hecho un puré de papas con carne al jugo, mientras le serví un vaso de bebida.

- Toma, mientras termino de calentar la comida, no me demoro nada – dije
- No era necesario Camilo, de verdad – dijo
- Júrame que no tienes hambre – dije, él se lo pensó, pero no me juró nada, así que solo sonreí

Fui a buscar la comida que estaba ya caliente para entregarle el plato, sentía mi corazón acelerado mientras lo veía, me prometí a mí mismo que no quería volver a tenerlo cerca, pero no podía, llámenme tonto, pero no podía permanecer lejos de él, menos ahora. El Pipe termino la comida que había preparado en un santiamén.

- Cada vez cocinas mejor Camilo, te quedo genial – me alabó, mi estómago se retorció por su cumplido.
- Gracias – dije simplemente, iba a levantar la mesa, pero él no me lo permitió, ya que el mismo se encargó de recoger todo, conocía mi casa, así que dejo todo en la cocina, con todo ya listo nos sentamos al fin en el living, no sabía que decir ni como comenzar la conversación – y que tal va la vida – dije
- ahí batallando – respondió solamente
- ¿Pudiste arreglar las cosas con la Tamara? – consulte
- Mas o menos – dijo simplemente – ese día te llame porque necesita un consejo, algo que me dijera que estaba haciendo las cosas mal – respondió
- Lo que dije es cierto Felipe, si formalizas las cosas con ella podría ser muy precipitado, sé que tu hijo es lo que más te preocupa hoy en día, pero ya vivir juntos es algo, lo demás vayan viéndolo con calma – me quería morder la lengua para no decir eso
- Lo sé Camilo, pero las cosas con la Tamara no están yendo de lo mejor – dijo
- ¿Por qué? – pregunté
- Porque tú sabes que yo no la amo, ella es buena pero no puedo hacerlo, hay algo que me lo impide – dijo
- Te diría que no estén más juntos, pero no sé si es lo que tú quieres – respondí
- Es muy difícil Camilo, estando con ella puedo ver a mi hijo todo lo que quiera, dormir con él, hacer muchas cosas, pero si termino las cosas me tendré que conformar con una que otra visita, además ella me dijo algo – comentó
- ¿Qué te dijo? – pregunte
- Hace un par de semana le dije que quería que cada uno siguiera por su lado, hablarlo en buena onda, pero ella se niega, me dijo que, si me iba, no vería más a mi hijo y eso me tiene super mal, no quiero estar en juicios con ella porque como son las cosas, ella lo tendría siempre y yo tendría que conformarme con un fin de semana, no quiero eso – dijo
- Y así dices que ella es buena, una madre preocupada jamás le negaría un hijo a su padre, pero porque actuó de esa forma, se contradice con lo que me dices – dije
- Es que hay algo más – comentó, lo miré incentivándolo a hablar – hay alguien más – sabía que se refería a mí y mi corazón se aceleró – conocí a una compañera de trabajo – al decir estas palabras mi confianza se fue a la mierda, fue como la reacción de rafa de los Simpson, cuando dicen aquí es la parte donde puedes ver como se rompe su corazón, aguante y reprimí toda clase de amargura que me provocó su confesión, porque me dolieron sus palabras.
- Estas saliendo con ella – dije, el asintió con su cabeza
- La Tamara pilló un par de conversaciones que tenía con ella, pero te juro que no ha pasado nada, es solo que me atrae y me confunde – dijo
- Entonces por eso esta así, vaya Felipe me sorprendes – dije lastimado – no te conocía así – confesé – Aunque me recuerda algo – comenté, me sentí como cuando supe que me había puesto los cuernos con su actual polola.
- Lo sé y me siento muy avergonzado Camilo – dijo

Pensé en su confesión y la relacioné a cuando estábamos juntos y supe que el Felipe no había cambiado mucho, lo mismo que me hizo a mí se lo estaba haciendo a la Tamara, todas mis inseguridades se agolparon y las ideas que tenía en mente se desvanecieron por completo, quizás era verdad que la gente no cambia, aunque debía darle el beneficio de la duda, porque tenía claro que estaba inmerso en una relación sin amor y con las amenazas de su polola no podía hacer mucho. Las ideas que tenía en mente se comenzaron a esfumar, ahora dudaba que el invitarlo a mi casa fuera una buena idea.

- Felipe yo acepte hablar contigo porque sentía que debía decirte algo, pero no me imagine en lo que andabas, pero de igual forma lo diré, no es para que me digas algo al contrario es simplemente para sentirme bien conmigo mismo – respiré – tu algún día me preguntaste si aún sentías cosas por ti – el asintió – yo nunca fui sincero contigo, porque sigo sintiendo cosas por ti, pero lo negué porque sabía que mi respuesta te traería más cosas negativas que buenas, le di prioridad a tu hijo y no sé si eso te ayudo en algo, pero lo hecho, hecho está y no se puede reparar, pero por lo que me cuentas sé que ya no marcará la diferencia, tú ya estas con alguien más y créeme que sigo deseándote lo mejor – dije
- Camilo, yo pensaba que lo que sentías por mí era cosa del pasado, me lo habías dicho muchas veces, pensé que solo me querías como amigo – dijo
- Lo sé, es solo que no quería asumirlo, era muy confuso para mí – asumí
- Camilo me dejas en blanco – dijo, su reacción no era lo que esperaba, pero no era para menos, a lo mejor al fin el dejo de quererme y tendría que aceptarlo, así lo quise yo hace mucho tiempo, pero eso no hacía que dejara de doler menos.
- No tienes que decir nada Felipe de verdad, ya tienes suficientes cosas en las que pensar, pero entiendo, el tiempo pasa y los sentimientos van cambiando, por ahora tienes que solucionar todo lo que pasa en tu vida, habla con la Tamara, dile que es en buena y por el bien de ambos, haz que entienda que lo haces por ella, dile que quieres verla feliz, no es sano para ella intentar amarrarte por su hijo – dije.

Continuamos hablando acerca de ese tema, durante toda la conversación me hice el fuerte, pero por dentro estaba demolido, quería solo que él se fuera para dejar de sentir el tormento que tenía dentro, el tiempo pasó y sentí que ya era tarde al igual que él.

- Ya Camilo, es un poco tarde, así que me voy – dijo
- Si y espero que de algo haya servido la conversa – comenté
- Si Camilo, eres un buen consejero así que me sirvió bastante, espero nos veamos pronto – dijo dándome un cálido abrazo.

Mentalmente no podía más, él ya me había olvidado y yo aún no, pero me negaba a conocer a alguien para sacarlo de mi mente, después de que el Kike tampoco pudo con ello, no me merecía seguir experimentando, tras unos minutos de reflexiones decidí que aunque tuviera que vivir por siempre con ese sentimiento lo haría, pero no batallaría más porque ya parecía algo en vano.

Hasta ahora una de las personas que más había sufrido era yo, y debía superponerme al resto, estaba claro que nadie más pensaría en mí, así que debía hacerlo yo y antes de querer al resto debía comenzar por hacerlo yo mismo. Dejando ese episodio atrás, con la sensación de amargura en mi cuerpo me di por vencido, ya lo había intentado, débilmente pero lo había hecho, ya no había más por hacer, las cartas estaban echadas y había perdido esta mano, pero aun en la vida me quedaban varias revanchas más que jugar, dejando todo eso en el pasado me propuse vivir, ya no más recaídas y aunque ni yo me lo creía quería cumplirlo y no salir corriendo tras el Pipe apenas apareciera, sobreponerme ahora no me debería costar tanto, no cuando todo lo que me hacía quererlo eran recuerdos lejanos.

El tiempo pasó y como dicen “el tiempo cura las heridas”, así lo sentí, me enfoque en vivir la vida, nada de amor por el momento, pero si me aferré mucho a mi familia y amigos, comencé a salir más, divertirme más, recorrer, conocer lugares nuevos y vivir momentos memorables, no hay mejor terapia que viajar y apenas se me dio la ocasión lo hice, sin que me diera cuenta las vacaciones de invierno habían llegado, cada día me sentía mejor y para esas fechas era un camilo renovado, de hecho podría decir que viví mi mejor momento, era un alma libre, en la universidad me continuo yendo bien, incluso me inscribí a un gimnasio, estaba compatibilizando todo de maravilla, sin necesidad de depender de nadie, no mentiré que se me acercó gente nueva en el ámbito amoroso, pero nada relevante, de hecho mi última vez teniendo sexo con alguien fue con el Seba y de eso había pasado tanto tiempo que sentía que había vuelto a ser virgen (que descarado).

Se que muchos se preguntaran que fue del Seba, pero hasta ese entonces solo hablábamos, nunca perdimos el contacto, seguíamos tan interesados el uno por el otro que sin duda me alegraba saber que tenía en quien contar aparte de mis amigas, el Kike ya era parte del pasado y más que superado, ya no sentía absolutamente nada por él, como dije en su momento lo ame con locura, pero pude sacarlo de mi corazón, mientras que con el Pipe nunca pude hacerlo, pero ahora sentía que ya no era una carga, más bien era algo asumido que día tras día se apagaba, esperaba algún día destruir hasta la más mínima ceniza y vestigio de mí amor por él, pero no había apuros, estaba tan bien que no me importaba, con él habíamos hablado en un comienzo bastante, pero luego comprendí que si seguía dándole tanta cavidad en mi vida nunca dejaría de ser alguien importante para mí, así fue como ya hablábamos de vez en cuando, él me había ayudado cuando más lo necesite y no podría desmerecer eso, así que por eso no lo deje de lado nunca, al menos los saludos cordiales seguirían siempre.

En las vacaciones de inviernos aproveche de viajar como nunca, había conocido a una nueva compañera en la universidad con la que hicimos un fiato increíble, ella termino invitándome a su casa en puerto Montt, así que sin dudarlo acepte, me había propuesto en algún momento conocer todo el país, sé que lo lograría, pero por ahora me conformaba por visitar nuevos sectores, es así que en el viaje que duró dos semanas aproveche de conocer también Valdivia, todos unos lugares increíbles. De aquí es que nace un trillado, pero sabio concejos: chicos si pueden y tienen la posibilidad viajen, no hay mejor terapia que eso, aunque no solo sea terapia, viajar te abre nuevos mundos y es necesario en la vida.

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Cuando ya daba por asumido que nunca más tendría nada con el Seba, un mensaje de su parte me sorprendió, después de haber pasado casi una eternidad me invitaba a su casa, no tenía tantas expectativas, pero a decir verdad de solo pensarlo, me hacía pensar que necesitaba algo más de acción, ojalá que así fuera y no terminara como con el Pipe.

Llegue a su casa, fue para los días de receso que me dieron en la universidad para celebrar el 18 de septiembre (fiestas patrias), iba con la mejor de las expectativas, me había bañado como dos veces y preparado muy bien para todo, me sentía muy expectante. Ese día cuando llegue a su casa el me recibió como siempre, con una gran sonrisa pícara en su rostro, como habíamos estado en constante contacto nada parecía extraño, más bien todo estaba igual que como lo dejamos hace bastante tiempo atrás.

- Dime para que soy bueno Seba – dije preguntándole porque me había citado a su hogar
- Nada Camilo, me quería disculpar por todo este tiempo de lejanía, sé que hablábamos harto, pero no podía, después de lo que hablamos la última vez que lo hicimos no me sentía listo, pero ahora aclare mi cabeza y quería ver si querías retomar – dijo
- Vaya, que romántico – me burlé y me reí, el por su parte igual lo hizo – te estoy molestando nomás Seba, y si, yo feliz retomo lo que dejamos, sabes que aquí estuve esperándote – reconocí
- Que bueno, porque ahora que no tengo dudas recuperare el tiempo perdido y te hare pedazos, mañana no te podrás sentar – dijo
- Te tienes fe Seba – dije – pero tengo solo una condición – comente
- ¿Cuál? – preguntó
- Que hoy lo hagas más lento, llevo sin sexo tanto tiempo que creo que perdí la costumbre – me reí
- Entonces andas apretadito – dijo a lo que yo asentí, me puse rojo por lo explicita que fue su afirmación - ¿Cuánto tiempo sin nada Camilo? – consultó
- Mucho – dije – desde la última vez que estuvimos – reconocí
- Caleta – dijo – te tenían el agua cortada parece
- Si, pero en verdad no me interesaba tanto hacerlo, pasé un tiempo de tranquilidad absoluta – dije

Sin mayores rodeos entramos de lleno en la acción, el Seba fue voraz, me beso con una experticia que casi me lleva al clímax de inmediato,  me aferre a su cuello para no caer mientras sentía como avanzamos hacia el Sillón donde al chocar contra el caí, quedando el Seba de pie frente a mí, sabía lo que quería, así que lo complací, no eran necesarias las palabras, todo fue muy fluido, el liberó su miembro quitándose el pantalón y su ropa interior con urgencia, acariciándolo lentamente me di cuenta que no era necesario tanto juego para que lo tuviera duro, porque su pene ya parecía un mástil, después de mucho tempo volví a tenerlo en mi boca, partí lento, solo besando la punta y rodeando mi legua por encima, para ir lentamente abarcando cada vez más su longitud, el Seba perdiendo el control, tomo mi cabeza para follar mi boca a su estilo, metió su pene tan profundo como podía, provocando unas arcadas que no pude evitar, el dándome espacio, se retiró, pero lejos de darme un respiro me hizo ponerme de pie.

- Déjame ver ese culito – dijo.

Sin rodeos me giré y me quite toda mi ropa, me puse de espaldas a él y me recosté sobre el sillón dejando mi culo expuesto a él, pensé que sería algo rápido, pero me estremecí al sentir su lengua en mi entrada, fue una sensación exquisita, se movía tan bien, eso me relajo ayudando a la dilatación y así fue cuando metió un dedo en mi interior, aun con su dedo en mi interior beso mi espalda, hasta llegar a mi cuello el cual era mi punto sensible, y el aprovecho esto para meter un dedo más en mi interior, después de tanto tiempo sin nada se sintió raro y me dolió un poco, pero tras un rato se sintió bien, el Seba abandonó mi lado para rebuscar algo en su bolsillo, lo mire hipnotizado mientras abría un condón y lo rodaba por su gran longitud, todo era tan erótico que sentía que si quisiera acabaría ahí mismo. Él se acomodó atrás mío para hacer presión con su pene en mi culo ya un poco dilatado por sus dedos, costó que entrara y dolió bastante, el cumplió lo que dijo y me lo hizo lento, hasta que estuvo dentro de mí por completo, se quedó quieto sin moverse esperando que me acostumbrara nuevamente a la sensación, cuando ya sentí que podía soportarlo di luz verde para que se moviera, el agito sus caderas con movimientos lentos, no dejo de besarme el cuello y pasar su lengua, yo cada vez sentía que explotaría en cualquier minuto, pero luego sus caderas encontraron un movimiento infernal que hacía que su pene rosara algo dentro de mí que me elevó directo al paraíso, sin aguantarlo más acabé, el siguió con sus embestidas hasta que sin previo aviso me hizo levantarme y caminando con su pene dentro de mí me apoyo en la pared más cercana, y en esa misma posición siguió penetrándome, esta vez su pelvis fue más rápida, entrando y saliendo de mi con velocidad, unas nalgadas acompañaban sus penetraciones, me toque y sin poder evitarlo acabe nuevamente, mis piernas estaban débiles, caería en cualquier minuto de hecho comenzaron a tiritar, el Seba aumento aún más su ritmo, para luego quedar inmóvil atrás mío, sin poder evitarlo me deje caer y el seba atrás mío también, quede sentado arriba de él aun con su pene llenándome, pero no me podía mover, estaba exhausto, nunca había acabado dos veces en un mismo asalto, tenía muchas ganas de dormir.

- Estoy muerto – confesé
- Yo igual, ¿Quieres que salga? – consultó
- Si, pero no me puedo mover – dije, él se rio, pero me tomo de mi cadera levantándome, su pene cayó lacio.
- Necesitaba de esto – dijo él
- Yo también – confesé

Estaba saciado y feliz, saber que aún tenía al Seba como constante en mi vida me recargo y con momentos como esos ¿quién no podría vivir feliz? Ese había sido nuestro reencuentro y tenía claro que aun teníamos de ambos para rato, sin ningún compromiso, siendo solamente lo que el otro necesitaba. Esa noche fue algo larga, porque si bien estuvo recargada de sexo también conversamos bastante, e incluso pudimos ver una película, al otro día al parecer cumplió con su promesa porque me dolía todo el cuerpo y realmente me costaba sentarme.

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Así es como mi vida pareció estar tomando un nuevo rumbo, hoy en día que más puedo decir, sigo afirmando que estoy en uno de mis mejores momentos, si bien no estoy acompañado por nadie de forma oficial, tengo mis encuentros con el Seba ocasionalmente, para los que se preguntaran que si él es gay o no, la verdad es algo que igual me pregunto, porque si bien tenemos encuentros, él nunca ha dejado de lado a las mujeres, de hecho hoy en día está en una relación, pero seguimos viéndonos, aprendí a no sentirme culpable por eso, ya que no era decisión mía, si no netamente de él y yo aceptaría lo que él quisiera, pero nunca ha manifestado sus ganas de parar con todo, eso si me ha dicho que soy el único hombre con el que ha estada y le llama la atención, le he creído, no tendría porque mentirme, eso si ha sido tajante en que las mujeres le encantan, quizás solo sea curiosidad o una supuesta bisexualidad, pero no me desgasto en analizarlo, soy como el, no nos juzgamos y solo nos entendemos.

Del Kike que más puedo decir, fue alguien que me marcó, pero a la vez dejo muchas enseñanzas en mí y la reconozco como una de las relaciones más duraderas de mi corta vida y además como la más intensa, el haber estado con el me enseño muchas cosas y generó en mi nuevas ambiciones que esperaba algún día concretar, hoy él es un gran compañero, he sido testigo de cómo ha rehecho su vida y creo que como yo pude olvidarlo el igual lo hizo y me alegra bastante, se rumoreó un tiempo que estaba saliendo con el Cesar, pero cuando se lo consulte lo negó y lo siento tanto por el Cesar que todos sabes que sigue atrás de él, solo espero que se dé cuenta algún día que el Kike no quiere nada serio con él y que mejor busque su futuro en otro lado, no soy amigo de él, pero a veces uno siente cierta empatía por la gente y si fuéramos cercanos tengan por seguro que se lo diría.

Respecto al Felipe, hoy en día hablamos poquísimo, pero lo hacemos, la última vez fue para el saludo de año nuevo, pero más allá de eso no ha habido mucho, el siempre tendrá una parte de mi corazón y recuerdos, pero si me preguntan si aún lo amo, ya no sabría cuál es la respuesta, quizás hace meses atrás cuando fue la última vez que nos encontramos, cuando llegue del sur, les hubiera dicho que si, que a lo mejor lo amaba, pero hoy en día yo creo que es más un cariño muy grande, el aún sigue con la Tamara, un día conocí a su hijo y está muy grande, es una copia casi idéntica de él, no me pude acercar mucho ya que solo lo vi en brazos de la Tamara una vez en el mall, se veía un niño muy alegre. Pero con el Pipe desde la última conversación no nos juntamos más, aunque no por decisión de él, fue algo netamente mío, el en varias ocasiones me había invitado a salir, pero siempre había algo que me impedía aceptar su oferta, buscando mil excusas para no verlo. Quizás fue un bien para mí porque aunque no lo olvide por completo, siento que lo sobrellevo muy bien, de hecho pensar en el con otra persona no me vuelve loco ni me provoca dolor de guata, quizás ya me es indiferente, pero a ciencia cierta tampoco me importa descubrirlo, como estoy hoy en día estoy bien, mi ritmo de vida me hace sentir vivo y no estoy interesado por el momento en ninguna relación seria, quiero simplemente vivir y disfrutar a concho, la compañía sentimental por el momento paso a segundo plano, no era algo que necesitara, después de tanto tiempo conociendo la vida de pareja quería un respiro, un gran respiro, esta vez se sentía diferente por mi cuerpo me lo decía, quería ser capaz de decir que al fin era una etapa superada, esperaba hacerlo en algún momento, al menos ya había podido cambiar las lágrimas por sonrisas y la tristeza por alegría, lo que parecía un avance tremendo, además entendí que estaba esperando algo que a lo mejor nunca llegaría, por eso decidí mirar solo hacia delante y no hacia atrás.

Como tenía planeado este verano estoy haciendo práctica, por lo que no podré salir mucho, eso si dura solo hasta la segunda semana de febrero y luego de eso me arrancaré una semana al sur, y aunque ni yo lo crea tengo un acompañante que invite a conocer la casa de mis abuelos, si señores el Seba irá conmigo en febrero, serán solo unos días, pero le enseñare lo que es la verdadera paz del sur.



¿FIN?




De toda esta gran travesía aun inconclusa, pude aprender mucho y por sobre todo crecer como persona, nunca olvidaré la primera vez que me decidí por escribir una parte de mi vida, no esperaba que tuviera tan buena recepción por el resto, pero sin duda el conocer sus puntos de vista me ha hecho ponerme en distintas posturas y eso, aunque lo duden, sirve y mucho.

Niños, Amigos, quienes me han leído fielmente, sé que no todos quedaran felices, pero así es la vida, en las ficciones todo es más fácil, que más me hubiera gustado a mí que fuera distinto, pero lo importante es sobreponerse y ver la vida hacia delante, hoy estoy en un momento distinto de mi vida donde la prioridad esta en otro sentido, estoy disfrutando al máximo, no busco el amor, pero si llega, lo hará, pero por el momento estoy muy bien solo.

Si debo reconocer que remover el pasado en ocasiones dolió un poco, era como un pinchazo, pero liberarlo se sentía bien, me recordó por todo lo que había pasado, a medida que las palabras salían supe que fue mucho más de lo que pensaba.

Sin más que decirles, se despide de ustedes camilo un joven que solo quiere ser feliz :’)

P.D: Espero que tampoco sea una despedida sino un hasta pronto, me da pena dejar de escribir, pero espero poder volver a hacerlo en alguna otra oportunidad.


Los amo inmensamente a todos :) y no se olviden de mí, así como yo no me olvidaré de ustedes. 

Capitulo I - Tentación

Capítulo 1 – Tentación Felipe Sebastián Claudio Tres nombres que trataba de evitar, tres personas que hacían querer desaparecer ...